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El crecimiento económico muestra las peores tasas desde 2009, no se han diversificado las exportaciones al mercado del país norteamericano y los consumidores colombianos no han aumentado su capacidad adquisitiva. Estas son algunas conclusiones del TLC firmado con EE.UU., elaborado por el SIA.
En el año 2011, luego de la firma del TLC de Colombia con Estados Unidos, se enumeraban una serie de beneficios para nuestro país. Uno de ellos era que, para nosotros, se iba a abrir el mercado más grande del mundo en bienes y servicios, el estadounidense, con más de 308 millones de habitantes con un ingreso per cápita anual de USD 47.400.
Cuando concluyó la negociación del TLC con Estados Unidos, se elaboraron estudios donde se demostró el impacto positivo del acuerdo en el crecimiento económico, el aumento de las exportaciones y la generación de empleo calificado y no calificado.
Se decía que los consumidores serían uno de los grupos más beneficiados con este TLC, y que en todos los segmentos de la economía tendrían mayores opciones en términos de calidad y precio, con lo cual se incrementaría el poder adquisitivo de los colombianos.
Sin embargo, desde el punto de vista del informe 6 años del TLC con Estados Unidos: Colombia continúa perdiendo, elaborado por el Sistema de Información Alternativo –SIA–, la realidad no es la anteriormente descrita. «Hoy tenemos un crecimiento que muestra las peores tasas desde 2009, no se han diversificado las exportaciones al mercado estadounidense y los consumidores colombianos no han aumentado su capacidad adquisitiva. Ello es resultado de las difíciles condiciones económicas del país, en el cual no hay trabajo estable ni bien remunerado: el 70,3 % de los ocupados colombianos gana entre 0 y 1,5 salarios mínimos», indica el informe.
El informe del SIA establece que el comercio total de Colombia con Estados Unidos se ha venido reduciendo desde la entrada en vigencia del TLC. De tener un comercio por USD 36.075 millones en 2012, esta cifra ha bajado hasta los USD 22.568 millones en 2017, lo que significa una caída del 37,4 %.
Por otra parte, en términos de balanza comercial, el país pasó de tener un superávit de USD 8.254 millones en 2012 a tener un déficit de USD 864 millones en 2017, lo que representa una pérdida de USD 9.118 millones (COP 26,1 billones).
Colombia ha perdido en exportaciones hacia Estados Unidos USD 11.280 millones (alrededor de COP 32,3 billones), lo que significa una reducción en las ventas colombianas de 51,7 % comparando 2017 con 2012. Esto no es exclusivamente consecuencia de la caída de los precios internacionales de las commodities, precios que se han venido recuperando desde mediados de 2017; también se debe a la caída en las exportaciones de bienes no tradicionales, las cuales tuvieron una contracción del 27,4 %, dejando de vender USD 1.498 millones (COP 4,3 billones).
En cuanto a las importaciones, estas han caído por debajo de las exportaciones. Si comparamos 2017 con 2012, las compras de Colombia a Estados Unidos se redujeron en 15,6 %, pasando de USD 14.242 millones en 2012 a USD 12.014 millones en 2017.
«Lo curioso es que a pesar de la reducción, las importaciones desde Estados Unidos ganan preponderancia dentro de las importaciones totales llegando a 26,1% en 2017, desde el 24,1% que representaban en 2012», indica el informe.
Se observa un panorama preocupante para Colombia como país exportador de materias primas, porque se está convirtiendo en comprador de este tipo de productos y de bienes intermedios en los cuales gran parte de la industria colombiana está concentrada.
El 66,6 % de las importaciones desde Estados Unidos fue de este tipo de bienes (materias primas y bienes intermedios), seguido con un 21,6 % de bienes de capital y materiales de construcción. Finalmente se encuentran los bienes de consumo con el 11,7 %.
«Igualmente, del total de las importaciones provenientes de Estados Unidos, el 81,9 % no las producimos en el país, mostrando una incapacidad de fomentar nuevos productos, que a través de los distintos gobiernos les han impedido generar nuevos negocios a varios sectores empresariales en el país, e incluso, los han acabado de forma paulatina», publica el informe.
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