La JCC presentó el Ante-Proyecto de Ley de Convergencia Contable II, donde propone crear un Colegio de Contadores Profesionales de Colombia. Los contadores públicos se tendrían que volver a certificar cada cinco años. La labor disciplinaria quedaría en cabeza del Estado. José Orlando Ramírez, director general de la UAE Junta Central de Contadores –JCC–, explicó […]
La JCC presentó el Ante-Proyecto de Ley de Convergencia Contable II, donde propone crear un Colegio de Contadores Profesionales de Colombia.
Los contadores públicos se tendrían que volver a certificar cada cinco años.
La labor disciplinaria quedaría en cabeza del Estado.
José Orlando Ramírez, director general de la UAE Junta Central de Contadores –JCC–, explicó los objetivos y el alcance que se buscan con la presentación del Ante-Proyecto de Ley de Convergencia Contable II:
Este anteproyecto parte del punto de que la moral son leyes. Si un código moral fuera completamente racional se le podría considerar al mismo tiempo completamente ético, pero solo en ese nivel superior se puede decir que estos dos conceptos son lo mismo.
Expresó que lo que conocemos de las normas de la Ley 43 de 1990 enfocado a la ética y lo que indican los Estándares Internacionales de IFAC sobre la buena conducta de los contadores públicos, más que un código de ética, son de la moral, pero es un buen esfuerzo en la línea ética.
Ramírez dice que con este anteproyecto le estamos diciendo a la profesión que se organice, y a los directores de programas de Contaduría, que en este momento están acreditados, que nos ayuden a conformar el Colegio de Contadores Profesionales de Colombia.
La idea es que el Colegio de Contadores Profesionales de Colombia se encargue de realizar las funciones que hoy cumple la UAE Junta Central de Contadores, como son el registro e inspección de quienes conforman la profesión.
De igual manera, el anteproyecto propone una recertificación de los profesionales contables cada cinco años:
Así lo indican los estándares internacionales, no es un invento nuestro, y lo que buscamos es adoptar las buenas prácticas que tiene la profesión contable alrededor del mundo.
Otro elemento importante es la refrendación de las certificaciones profesionales. A través de una aplicación instalada en el celular, el contador público podrá certificar o dictaminar los estados financieros, mientras cumpla con todos los requisitos de ley, explica Ramírez:
Esta herramienta no tendrá ningún costo. La idea es que el Colegio de Contadores Profesionales de Colombia sufragará los costos de implementación de esta aplicación.
La facultad disciplinaria es otro de los puntos tocados en el anteproyecto. Al respecto, desde su punto de vista, «estamos dando todos los elementos a la profesión contable para que se gobierne, pero la labor disciplinaria quedaría en cabeza del Estado».
Advierte que el contador público que ejerza la profesión de mala manera tendrá que rendirle cuentas al tribunal disciplinario de la unidad.
Ramírez explica que en la actualidad no hay mucha claridad de si los casos adelantados por la JCC prescriben en tres o cinco años, por lo que se debe resolver el término de la acción disciplinaria:
En esta iniciativa legislativa indicamos que deben prescribir cada cinco años, tiempo prudente para que la unidad adelante una labor adecuada.
Un elemento muy importante para la profesión contable, desde la propuesta del anteproyecto, es la adscripción del Consejo Técnico de la Contaduría Pública –CTCP– a la UAE Junta Central de Contadores:
De hecho, la Ley 43 de 1990 así fue como lo reglamentó. Por el tema de los estándares internacionales, el MinCIT consideró manejar al CTCP en una oficina aparte. Desde nuestro punto de vista, para hacer un trabajo conjunto por la profesión y el empresariado colombiano, sería importante que el CTCP hiciera parte de la JCC. Así se haría un importante ejercicio de sensibilización y capacitación del tema de los estándares internacionales.
Algo que considera novedoso Ramírez y que se plantea en el anteproyecto es la creación de la Central de Información Empresarial:
En España y Perú, por ejemplo, se han sintonizado con los estándares internacionales dándole insumos a la empresa privada con la definición de unos catálogos de supervisión. Colombia ha ido avanzando en este punto, pero si hoy existe una institución como el CTCP, de la mano de la Central de Información Empresarial, pueden encargarse de este tema.
Por ejemplo, con los catálogos de supervisión los empresarios sabrían las diferentes definiciones complejas que se manejan en los Estándares Internacionales.
El director general de la JCC llama la atención sobre lo siguiente:
Estamos proponiendo un gran juego: libertades, barreras y propósitos. No tiene sentido que en la unidad tengamos 280.000 contadores públicos archivados en un despacho público. Necesitamos que todo este capital humano trabaje por nuestro país en el Colegio de Contadores Profesionales de Colombia.
En cuanto a las barreras, está bien que desde el Estado se promueva que este grupo humano trabaje por el país y la profesión, pero la parte disciplinaria puede ser una barrera, es un patrimonio del Estado, y la idea es administrarla desde la entidad con la aplicación que tendrían los contadores en su celular.
Frente a los propósitos, «queremos que los contadores públicos entiendan que debemos impulsar estas iniciativas que vayan en beneficio de la profesión y la comunidad en general».
Finalmente, el mensaje de Ramírez es que la comunidad contable comience a trabajar como un equipo, es decir, como un grupo de personas que colaboran unas con otras para alcanzar un propósito en común y que, en general, se llevan muy bien entre sí.