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Competitividad para la resiliencia


Luego de haber observado en 2019 el mayor repunte de la década en el ranking internacional de competitividad del IMD, este año Colombia perdió dos posiciones en el escalafón general y una en la región. Se ubica en el puesto 54 entre las 63 economías de la medición y ahora es cuarta en América Latina.

El 16 de junio de 2020 se publicó uno de los tres principales indicadores globales de competitividad: el Anuario Mundial de Competitividad del Instituto Internacional para el Desarrollo de la Gerencia –IMD, por sus siglas en inglés–.

Junto con el Índice Global de Competitividad del Foro Económico Mundial y el Doing Business del Banco Mundial, es referencia obligada para estudiar las condiciones que les permiten a los países procurar un crecimiento sostenido, sustentable e inclusivo.

La competitividad es importante, hoy más que nunca. De esto depende la capacidad de afrontar esta crisis al menor costo posible –en todas las dimensiones imaginables–, de recuperarse y de adaptarse a la nueva realidad.

Un sistema de salud robusto y accesible a todos, una red de seguridad social efectiva y bien focalizada, y finanzas públicas sanas, entre otras, son condiciones necesarias de Estados capaces de enfrentar la adversidad con el menor impacto sobre el bienestar de su población.

Los indicadores de competitividad brindan información valiosa sobre las áreas que Colombia debe priorizar. Lograr la “resiliencia” de la que tanto se habla en época de crisis pasa por construir un Estado fuerte, eficaz y transparente; garantizar equidad de oportunidades para que todos los individuos puedan aprovechar al máximo su potencial y cerrar así brechas en todas las dimensiones; permitir que los mercados operen en competencia y los recursos se empleen de la manera más productiva posible; y aprovechar y preservar el capital natural para que el crecimiento sea verdaderamente sostenible.

El indicador de competitividad del IMD se construye con 255 indicadores, de dos tipos: 1) 163 “datos duros” tomados de fuentes oficiales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y organizaciones del Sistema de Naciones Unidas; y 2) 92 indicadores de percepción a partir de la Encuesta de Opinión Ejecutiva aplicada entre febrero y abril de 2020 a un grupo representativo de empresarios en los 63 países de la medición.

De aquellos indicadores con cambios en posiciones entre 2019 y 2020, Colombia perdió lugares en la mayoría, tanto en datos duros como de opinión. En 102 indicadores se retrocedió, con una caída promedio de casi seis puestos.

El IMD agrupa las 255 variables en cuatro factores de competitividad y 20 subfactores. El gráfico 2 resume los resultados en esos niveles, con las variaciones frente a 2019 entre paréntesis.

Desempeño económico (evalúa el ambiente macroeconómico y la economía doméstica): Colombia perdió dos posiciones y ocupa el puesto 52. Las mejoras en los subfactores de economía doméstica (+8) y precios (+7) fueron contrarrestadas por la caída importante de 14 posiciones en empleo.

Los indicadores que explican los mayores avances son el costo de rentar una oficina (+23), crecimiento real del PIB (+17) y formación bruta de capital fijo (+10). Las mayores caídas responden a posiciones perdidas en crecimiento de las exportaciones de bienes (-24), desempleo de largo plazo (-6) y empleo como porcentaje de la población (-5).

El punto de eficiencia del Gobierno (evalúa la medida en que las políticas gubernamentales generan condiciones para la competitividad): Colombia mantiene la posición 56 y solo desmejoró el subfactor política tributaria (-2). Se destacan avances en los indicadores del crecimiento de la participación en el ingreso del 60 % más bajo (+21) y leyes de inmigración (+16), así como caídas en la estabilidad de la tasa de cambio (-48) y fondos para pensiones (-9).

Eficiencia empresarial (evalúa la medida en que el entorno nacional incentiva a las empresas a innovar y aumentar su productividad): Colombia perdió cinco posiciones y ocupa el puesto 52.

El subfactor que más jalonó la caída es el de mercado laboral (-15), que no alcanzó a compensarse por el avance en prácticas gerenciales (+12).

Los indicadores que más explican estos resultados son el crecimiento de la fuerza laboral (-52), crecimiento de largo plazo de la fuerza laboral (-37) y satisfacción del cliente (+12).

Infraestructura (evalúa la medida en que los recursos básicos, tecnológicos, científicos y humanos responden a las necesidades del desarrollo económico y social): en este caso, el resultado de este año indica que Colombia mantiene la posición 56, a pesar de las caídas en los subfactores de infraestructura básica (-3) e infraestructura tecnológica (-7). Respecto a este factor, sobresalen los avances en graduados en ciencias e ingeniería (+24) y expectativa de vida al nacer (+14), así como los retrocesos en suscripciones a banda ancha móvil (-53) e infraestructura energética (-9).

Los países más competitivos del mundo son Singapur, Dinamarca y Suiza. Se destaca el aumento de seis lugares de Dinamarca, así como la caída de Estados Unidos en siete posiciones, desplome que lo ubica décimo en el ranking y entre los tres países de la muestra que más cayeron en esta edición.

Chile se mantiene, con distancia, como el país más competitivo de la región, seguido por Perú (52), México (53), Colombia (54) y Brasil (56), y con Argentina (62) y Venezuela (63) como los países menos competitivos del IMD 2020.

Rosario Córdoba Garcés

Economista y Magister en Economía de la Universidad de los Andes. Actualmente se desempeña como presidente del Consejo Privado de Competitividad

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