Sin lugar a dudas una consecuencia nefasta de la primera reforma tributaria del gobierno del presidente Santos en 2012 fue bajar el recaudo nacional a precios corrientes de un incremento anual del 15 % en el 2012 al 6 % en el 2013 (variación con relación al período inmediatamente anterior), pero peor aún mantener este mismo porcentaje de crecimiento anual promedio a partir de la vigencia de la Ley 1607 de 2012 hasta diciembre 31 de 2016.
Luego de la denominada reforma estructural, el pobre desempeño del recaudo tributario pasó escasamente al 8 % en el 2017. Si descontamos la inflación promedio del 4,44 % entre 2013 y 2017, prácticamente estaríamos en menos de la mitad, es decir con crecimientos reales promedio por debajo del 3 %.
Si intentamos alguna correlación con el crecimiento del PIB anual, que en promedio fue del 3,22 % entre 2013 y 2017, estaríamos con un recaudo tributario inercial, es decir que escasamente responde a las expectativas del crecimiento de la economía.
No podríamos inferir que el PIB explica el recaudo tributario, esta no sería la hipótesis de estudio, aunque sí hay alta correlación en períodos superiores a 10 años, lo interesante es cómo hacer crecer la economía a partir de una reforma tributaria con proyección a incentivar la inversión y por esta vía el consumo y por supuesto el empleo. Lo que si demuestran los números es que el gobierno del presidente Santos no logró este objetivo. La economía viene en un proceso de desaceleración al pasar el crecimiento del PIB del 6,59 % en 2011 al 1,80 % en 2017.
Otro análisis interesante es el comportamiento interno de la estructura tributaria colombiana, donde el pareto lo hace IVA (incluido consumo) más renta (incluido el CREE), que pasó del 85 % en 2010 al 87 % en 2017, como porcentaje del total nacional. Del 87 % del 2017, el 52 % corresponde al impuesto de renta y el 48 % de IVA (el promedio desde 1993 es del 50 % por cada tributo). Si sumamos el gravamen a los movimientos financieros que en promedio (1999-2017) está en el 5 %, tendríamos que el 92 % del recaudo tributario nacional se concentra en tres tributos.
Los comportamientos de crecimiento individual de renta e IVA desde 2013 hasta 2017 han sido igual que el total nacional, hacia la desaceleración o disminución si se prefiere del recaudo en términos reales. Tan solo hasta el 2017 se observó una reacción del recaudo por IVA al pasar de un crecimiento anual del 1 % en 2016 al 19 % (nominal) en el 2017, el cual coincide con el porcentaje de IVA cobrado a partir de la Ley 1819 de 2016.