Durante años hemos visto la contabilidad con finalidad tributaria, buscando por ello el mejor resultado en impuestos sacrificando el valor de la información financiera, y aunque tal situación no es exclusiva de Colombia sino de gran parte de Latinoamérica, algo que queda claro es que solo crecen las empresas que piensan financieramente, mientras muchas Pymes se siguen cerrando por errores en políticas financieras.
Quizá otro inconveniente es que muchas de las Pymes son empresas de familia que no buscan crecer por limitaciones impuestas en muchas ocasiones por sus propietarios. Algunas alcanzan grandes crecimientos pero no perduran en el tiempo ya que no estaban preparadas para ello.
Las políticas de contabilidad son los distintos criterios adoptados por la Gerencia para reflejar la información en los Estados Financieros, por ello se definen aspectos claves para el entendimiento de dicha información, veamos algunos ejemplos:
Estos tres pequeños ejemplos hacen que la información financiera sea distinta a la determinada para efectos tributarios.
El Estatuto Tributario hace que debamos seguir un conjunto de pasos para que un gasto sea aceptado o un bien cuantificado y donde la omisión de ellos ocasiona sanciones y/o correcciones. Analicemos los mismos aspectos bajo la óptica tributaria:
Simplemente, para brindarle al fisco la información como éste la requiere y entregarle a los inversionistas y propietarios, una herramienta para la toma de decisiones de tal forma que permita a los usuarios conocer la realidad del negocio.
Así mismo, y como la información es distinta, es necesario correlacionar la información financiera y fiscal por cuanto las entidades tributarias requerirán de explicaciones que permitan entender tal diferencia. Esto no se logra, sino se cuenta con una herramienta que facilite expresar una y otra de manera paralela a fin de sustentar ante tales entidades las motivaciones de las diferencias de tal manera que les facilite su entendimiento y no se preste a malos entendidos.
Los estándares internacionales no deben ser vistos como una obligación, sino como la oportunidad de reestructurar la manera de reportar información financiera. Retornar al principio básico de los Estados Financieros, es decir, obtener información de calidad para la adecuada toma de decisiones.
El cambio debe ser suscitado por la alta gerencia, es más, debería ser una iniciativa estratégica para los negocios.
Las NIIF (IFRS) no pueden convertirse en el certificado de calidad ISO que se exhibe, o en la estructuración de una misión, visión, objetivos y demás fundamentos que tan solo se quedan plasmados en un cuadro en la pared, porque a pesar de haber obtenido dicho certificado la empresa no ha entendido la verdadera filosofía y beneficios que puede obtener de tales procesos.
Preparada por:
Edmundo Alberto Flórez Sánchez
Líder de Investigación de Estándares Internacionales en Actualicese.com
edmundo.florez@blacolombia.com