Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
El impuesto a las bebidas azucaradas que está impulsado el Ministerio de Salud para que sea incluida en la próxima reforma tributaria estructural, empieza a generar división en varios sectores de la sociedad: los tenderos y los académicos entran en su propio pulso.
La Comunidad Académica Internacional expresó su apoyo al impuesto que busca regular el consumo de las bebidas azucaradas en el país, aumentando su tarifa hasta 200 pesos, argumentado en que es una de las principales causas de obesidad en el mundo.
A través de un texto, la agrupación expone cinco argumentos por los cuales tendría acogida la propuesta, entre ellas que el consumo de bebidas azucaradas está relacionada con la desnutrición, y que esta clase de tributos son eficaces para reducir el consumo y mejorar la salud de los consumidores de menores ingresos.
No obstante, una encuesta muestra que este impuesto afecta al 86,5% de los tenderos en el país, pues hará más costosos los productos de la canasta familiar y afectará a los tenderos. Guillermo botero, presidente de Fenalco, hizo referencia al estudio.
La encuesta además reveló que el 66,1 % de los comerciantes están en desacuerdo con esta premisa, que el 87,8 % consideran que la intención del Gobierno es solo cobrar más impuestos, y el 63,1% considera que el gravamen también incidirá negativamente en las ventas de productos como paquetes y pasabocas.
Fundada en el año 2000 con la misión de “elevar el nivel profesional del Contador Público”
