Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
En diálogos con Actualícese, Francisco Reyes Villamizar, superintendente de sociedades, asegura que, en este momento, el 98 % de las nuevas compañías que se crean en Colombia lo hacen bajo la figura de sociedades por acciones simplificadas, lo que es un espaldarazo para la formalización empresarial.
La semana anterior se conmemoró el décimo aniversario de la ley que vio nacer a las sociedades por acciones simplificadas –SAS–, en el foro Los 10 años de las SAS, organizado por la Supersociedades. Durante el evento, se analizaron los beneficios y avances que ha traído esta figura a los empresarios, dentro del modelo societario colombiano. Actualícese dialogó sobre este tema con Francisco Reyes Villamizar, superintendente de sociedades, sobre el tema.
Las sociedades por acciones simplificadas han tenido gran éxito en el país, debido a su flexibilidad contractual, a la simplicidad de su constitución, a que se adapta fácilmente a cualquier tipo de emprendimiento sin importar su tamaño, y al hecho de que, evidentemente, ha resuelto muchas de las dificultades que existían en la legislación anterior, contenidas en el Código de Comercio. Las SAS han tenido un gran éxito en estos últimos 10 años (tiempo transcurrido desde su creación), hasta el punto de que se ha dado origen a más de medio millón de sociedades bajo esta modalidad.
Especialmente, que las SAS tienen una estructura semejante a las que existen en los países más avanzados. Por ejemplo, la SAS colombiana es absolutamente compatible con el régimen de sociedades norteamericano o con los sistemas europeos, como, por ejemplo, el inglés. La SAS, para un empresario extranjero, habla el mismo lenguaje societario que tendría en su país de origen.
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–> Escuche aquí la entrevista completa al superintendente de sociedades, Francisco Reyes Villamizar
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La figura de la SAS ha reducido sustancialmente los trámites que existían para la creación de compañías. En efecto, debería poder constituirse por documento electrónico, mediante la firma digital, y ya algunas Cámaras de Comercio han puesto en marcha este sistema de constitución de entidades.
Es evidente que en nuestro país todavía hace falta terminar el proceso de la ventanilla única empresarial –VUE–, que el Gobierno Nacional ha impulsado, y que en los próximos días será lanzado por el Ministerio de Comercio. Este sistema integra en un solo lugar todos los requerimientos establecidos para constituir una empresa.
En términos de formalización empresarial, la SAS es muy útil, y desde la creación de este instrumento en el año 2008, el país ha visto una creación exponencial de compañías. Como se dijo anteriormente, en la última década se han creado más de 500.000 SAS.
Mientras el umbral de entrada a la formalización y los costos de transacción sean más reducidos, los empresarios encontrarán facilidades de convertirse a la formalidad; aspecto que ofrece ventajas enormes para el sistema económico, que van desde mayores accesos a créditos, un aumento en su visibilidad y la posibilidad de crear empleo formal. Y desde luego, también pueden contribuir al crecimiento del país.
La SAS se ha consolidado como la forma asociativa favorita de los empresarios colombianos. En este momento, el 98 % de las nuevas compañías que se crean son de este tipo. No solo micro, pequeñas y medianas empresas, sino también las grandes. De hecho, para el año 2017, más del 40 % de las grandes empresas ya eran SAS.
Desde luego que las reformas legislativas deben continuar, y es indispensable que se siga pensando en las modificaciones que la legislación requiere. En este momento, la Supersociedades ha impulsado el proyecto de ley número 2 de 2017, que contiene nuevas y modernas normas en materia de administradores, el cual esperamos que pueda ser una realidad muy pronto.
Fundada en el año 2000 con la misión de “elevar el nivel profesional del Contador Público”
