Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
El más reciente informe mundial de Naciones Unidas sobre el Índice de Desarrollo Humano, Sostenibilidad y Equidad: un mejor futuro para todos, reconoce los avances que ha hecho Colombia en cobertura educativa, salud y mejor nivel de ingresos, pero también pone el dedo en la llaga sobre las condiciones de desigualdad en las que vivimos.
El informe confirma que son los más pobres los que sufren los rigores del cambio climático y la destrucción del medio ambiente, lo que pone en peligro los avances en materia de salud y mejores ingresos.
Las personas de más escasos recursos que han abandonado sus tierras, no solo por culpa de los grupos armados ilegales y narcotraficantes sino por la no presencia del Estado, también han sido afectados. Esto es, acceso a los servicios públicos, a la educación y a la salud. Y, en un círculo vicioso, ese abandono ha contribuido a la concentración de la tierra.
Ricardo Bonilla, del Centro de Investigaciones para el Desarrollo de la Universidad Nacional, le dijo a Portafolio que hay cuatro factores a considerar:
+ La mala distribución de la tierra. Hay 3 millones de familias campesinas con solo 5 millones de hectáreas y al otro extremo un grupo de 3 mil propietarios que tienen 40 millones de hectáreas.
+ La concentración del capital accionario. El país tiene 2 millones de accionistas, pero solo 2.000 de ellos tienen el 82 por ciento de las acciones.
+ La brecha en la educación. La escolaridad no es la misma en los ricos que en los pobres.
+ La política tributaria. En Colombia no es progresiva y está erosionada por exenciones, y en eso el gobierno anterior fue un campeón.
Germán Nova, subdirector del Centro de Investigaciones para el Desarrollo (CID), de la Universidad Nacional, considera tres puntos importantes en los que se debe trabajar para recuperar terreno. Así se lo dijo a El Tiempo.
+ Mantener el ritmo del crecimiento económico. Este lleva de la mano al ingreso per cápita, que ha mostrado mejoría. Otro tema con buenas expectativas es el de la esperanza de vida: hoy está en 72 años.
+ Calidad de educación. Pese a que se han incrementado las coberturas, la intensidad horaria está lejos de la de los países desarrollados. Se recomienda intensificar las actividades escolares y mejorar la calidad de la educación que se imparte.
Se deben adoptar políticas para combatir la deserción escolar. El porcentaje de hombres con educación secundaria es de 47,6% y de mujeres de 48%.
+ Dinero mal repartido. El coeficiente de Gini, que mide el grado de desigualdad en la distribución de los ingresos entre los individuos u hogares de un determinado país, es uno de los más altos de América Latina.
+ Reforma Tributaria. Con el fin de combatir el problema del deterioro de los salarios, se debe realizar una reforma tributaria que grave los capitales y así se disponga de recursos para financiar el gasto social. Hay un marcado deterioro salarial, donde se ve que apenas 27% de los asalariados ganan más de dos salarios mínimos mensuales.
+ Pobreza y desigualdad no son lo mismo, aunque están ligadas. En Colombia, la pobreza por ingresos disminuyó de 54% a 45% entre 2002 y 2009, mientras el índice de desigualdad se mantuvo estable.
+ 45% de pobreza son veinte millones de colombianos que están en pésimas condiciones.
+ Desigualdad no es solo pobreza, tiene varias dimensiones, además de la posición socio-económica de la gente, cuentan la brecha entre las regiones, las diferencias étnicas y las de género.
+ En Colombia, el 10% más rico de la población se queda con la mitad del PIB mientras al 10% más pobre apenas le caen de la mesa las migas del 0,6% del PIB. Cada uno en la franja de los más pobres que tienen trabajo mantiene a seis personas en promedio.
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