Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Disminuir la carga tributaria para las empresas, fórmula que no hará chillar a los ricos


Disminuir la carga tributaria para las empresas, fórmula que no hará chillar a los ricos
Actualizado: 27 enero, 2015 (hace 9 años)

La OCDE recomendó disminuir la carga tributaria a las empresas para que se animen a invertir en Colombia y que sigan generando empleo y dinamismo en la economía. ¿En dónde quedará la frase de Santos de «con esta reforma tributaria chillarán los ricos»? Parece ser que los de mayor poder adquisitivo seguirán ganando la pelea.

Esta semana el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, seguramente dará mucho de que hablar, y todo porque hoy en su discurso propondrá que el Congreso, dominado por la oposición, apruebe un aumento impositivo para los más ricos y las grandes entidades financieras para aliviar la carga a la clase media.

Con esta iniciativa, Obama pretende recaudar 320.000 millones de dólares en diez años, y reducir en 175.000 millones los impuestos que recaen en las familias de ingresos medios. Sin embargo, lo más probable es que el Congreso no apruebe la iniciativa porque está dominado completamente por la oposición republicana.

El plan de Obama propone, entre otros aspectos, aumentar el impuesto a las plusvalías y dividendos del 23,8 al 28% para las parejas con ingresos superiores a 500.000 dólares al año. También, establecer una nueva tasa sobre los bancos con activos superiores a 50.000 millones de dólares, que se utilizaría para financiar recortes de impuestos para los asalariados de ingresos medios.

Viendo las propuestas de Obama, llega a la mente de los colombianos aquella frase del presidente Santos, por allá en el año 2012, que decía algo así como: «Con esta reforma tributaria chillarán los ricos». Y es que la semana pasada, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico – OCDE, así como sugirió que Colombia debía trabajar en una reforma tributaria integral, destacaba también que de cara a la caída de los precios de las materias primas que soportan la economía nacional, como el petróleo, los ingresos del sector público disminuirían desde varios frentes como las regalías, los dividendos de Ecopetrol y la inversión extranjera. Es aquí, dice la entidad, que Colombia debe centrarse ahora en diversificar su economía, aumentar el recaudo y atraer la inversión, no tomando medidas de corto plazo, sino disminuyendo los impuestos a la inversión y aumentando la base de tributación.

“Pues sí señores, la idea es entonces que las empresas paguen menos tributos”

Christian Daude, quien participó en la realización del estudio de la OCDE, asegura en El Espectador, que según los cálculos de la OCDE, en Colombia por cada peso que invierte una empresa en el país, 60 centavos se van a tributación. “El impuesto al patrimonio y el IVA sobre los bienes de inversión actúan como impuesto a la inversión”. La recomendación es, en definitiva, disminuir la carga tributaria a las empresas para que se animen a invertir en Colombia y que sigan generando empleo y dinamismo en la economía. Pues sí señores, la idea es entonces que las empresas paguen menos tributos. Lo anterior quiere decir que si el ministro Cárdenas le hace caso a la OCDE, aquellas palabras de la frase del 2012 se las llevará el viento.. si es que ya no se las llevó.

Reforma tributaria no tocó el bolsillo de los más ricos

Recientemente actualicese.co dialogó con Alejandro Vera Sandoval, Vicepresidente de ANIF, y le formulaba la pregunta de cómo quedan los ricos con la reciente reforma tributaria aprobada. «Si bien en esta ocasión no se aumentó el Impuesto de Renta de las personas naturales, como sí se hizo en la Ley 1607 de 2012 mediante el IMAN, sí se seguirán gravando los patrimonios más elevados mediante la sustitución del anterior Impuesto al Patrimonio con el nuevo Impuesto a la Riqueza», afirma Vera Sandoval.

En el caso particular de las personas naturales, comenta el Vicepresidente de ANIF, se gravarían los patrimonios superiores a $1.000 millones mediante un esquema de tasas marginales crecientes (desde el 0.125% para los primeros $2.000 millones hasta el 1.5% para los patrimonios superiores a los $5.000 millones). «Sin embargo, vale la pena anotar que esa aplicación marginal de las tasas en el Impuesto a la Riqueza traería algún alivio tributario comparado con la aplicación promedio del anterior Impuesto al Patrimonio», asegura.

“la reforma tributaria no modificó ninguno de los beneficios tributarios que gozan quienes concentran la mayor parte de la riqueza del país”

La misma pregunta se la planteamos a Luis Álvaro Pardo, Economista y Director del centro de estudios mineros Colombia Punto Medio, quien también es miembro de la Red por la Justicia Tributaria en Colombia, quien aseguró que la reforma tributaria no modificó ninguno de los beneficios tributarios que gozan quienes concentran la mayor parte de la riqueza del país. Tampoco adicionó cargas impositivas significativas que hagan pensar que salieron perjudicados con la nueva normativa.

«La nueva reforma prorroga impuestos que ya se venían pagando, como el gravamen a los movimientos financieros hasta el 2021 y el Impuesto de Renta para la Equidad CREE; cambió el nombre al Impuesto al Patrimonio por el Impuesto a la Riqueza y aprobó una sobretasa al Impuesto para la equidad CREE», dice Pardo.

Pardo tiene claro que se trata de una reforma improvisada que «mantuvo las cargas tributarias impuestas en la reforma del 2012 a las rentas de trabajo y dejó intactos los privilegios a las rentas de capital que se expresan en el Estatuto Tributario en una larga de lista de deducciones, exenciones y descuentos, que reducen las tasas efectivas de tributación de los sectores con mayor capacidad económica».

El antes y después

Como lo explica el Observatorio del Mercado de Trabajo y la Seguridad Social, Universidad Externado de Colombia, en El Tiempo, antes de la Ley 1607 del 2012, a los declarantes de impuestos les era posible deducir unos costos típicamente relacionados con las aspiraciones de vida de la clase media: la salud de la familia, la educación de los hijos y la compra de una casa. Ahora estos descuentos, aunque siguen en el papel, en la práctica son restringidos por el IMAN, cuya base gravable no permite deducir nada de lo anterior.

Ahora, se pueden restar los aportes obligatorios a seguridad social, los retiros de los fondos de cesantías, indemnizaciones, pagos o pérdidas relacionadas con alguna calamidad, además de los aportes obligatorios a seguridad social pagados en favor de un servidor doméstico, los pagos catastróficos en salud en el exterior y los dividendos y participaciones recibidos por el contribuyente. Estos tres últimos ítems parecen favorecer, otra vez, solo a los contribuyentes de ingresos más altos.

Y para concluir un dato curioso. En el año 2012 el príncipe Carlos de Inglaterra ganó cerca de 22 millones de euros, de los cuales entregó al fisco un 24% por concepto de Impuesto de Renta. Una tarifa muy inferior a la de sus choferes y camareros, que tuvieron que destinar un 36% de sus salarios a pagar impuestos. Con este breve dato, ¿todavía pensamos que los ricos van a chillar?

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