Miguel Acero dice que es urgente modernizar la enseñanza de la contaduría pública.
Para Hernando Bermúdez, las universidades invierten poco en la infraestructura necesaria para una adecuada educación contable.
Mauricio Gómez afirma que se debe promover la educación para superar lo técnico y tecnológico.
Miguel Acero dice que es urgente modernizar la enseñanza de la contaduría pública.
Para Hernando Bermúdez, las universidades invierten poco en la infraestructura necesaria para una adecuada educación contable.
Mauricio Gómez afirma que se debe promover la educación para superar lo técnico y tecnológico.
Miguel Ángel Acero, contador público, docente, magíster en Gerencia y Auditoría Tributaria y CEO de la firma Acero Auditores y Asesores SAS, afirmó en #CharlasConActualícese que es urgente modernizar la forma de enseñar la contaduría pública en Colombia.
Para él, hablar de educación es cubrir ítems como la educación profesional de auditores y contadores, el desarrollo profesional continuo, la educación para técnicos de contabilidad y la formación en áreas especializadas.
Por otra parte, las organizaciones que requieran profesionales contables deberían observar que los contadores cumplan con niveles de educación y calificación:
Por ejemplo, que cuenten con exámenes de nivel profesional, reglas éticas, habilidades profesionales, matrículas e instalaciones para la formación, certificación de los miembros y desarrollo profesional continuo.
En su diagnóstico, Acero asegura que existen universidades que presentan problemas en la estructuración y reflexión sobre lo pedagógico: «En algunas persiste una orientación pedagógica tradicional y conductista».
Los planes de estudio están construidos de forma agregada y es visible la ausencia de núcleos integradores. Además, en algunos currículos persiste una dosis importante de inflexibilidad.
Por otra parte, la comunicación de los programas de Contaduría Pública con las necesidades del medio, en el ámbito organizacional y comunitario, resulta débil, por no decir nula.
Por su parte, Hernando Bermúdez, profesor del Departamento de Ciencias Contables de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá y editor de Contrapartida, afirma en entrevista con Actualícese que todas las áreas de la profesión contable están avanzando rápidamente como el mundo lo hace, y desde la academia se deben fortalecer.
Por ejemplo, hay que fortalecer el estudio de los sistemas de información, profundizar en la contabilidad administrativa y mejorar la calidad de los servicios de aseguramiento a la luz de los anhelos del interés público.
Lo anterior supone un gran esfuerzo por parte de las instituciones de educación superior, profesores y estudiantes, así como inmensos esfuerzos de los egresados.
Frente a lo anterior, «en mi concepto, las instituciones de educación superior (no solo las universidades) están invirtiendo muy poco en la infraestructura necesaria para una adecuada educación contable».
Por lo tanto, deberían fortalecerse los criterios mínimos de calidad que todos debemos cumplir; específicamente, los temas relacionados con los sistemas de información y con el acceso a la documentación técnica requieren de grandes recursos.
Para Acero, es muy importante que las universidades sean estrictas con el tema de las Normas Internacionales de Educación:
Todos los marcos teóricos y educativos internacionales están dados. La idea sería tomarlos y preguntarse la forma en la que debemos aplicarlos en las universidades.
Para él, se trata de implementar e insertar las Normas Internacionales en todo nuestro proceso de educación y formación del profesional, tal cual como se ha venido haciendo con las NIA y las Normas Internacionales de Información Financiera, por ejemplo.
Mauricio Gómez Villegas, profesor asociado de la Universidad Nacional de Colombia, exsubcontador general de la nación, presidente del Comité Educativo de la Reforma a la Ley 43 de 1990 y quien hace parte de la Mesa de Expertos en Educación Contable, dice que se ha identificado un avance en la dinámica educativa en el país:
Cabe resaltar la educación hasta el nivel de maestría, el crecimiento de los procesos de formación de profesores e investigadores hasta niveles doctorales.
No obstante, hay grandes retos, como afianzar la formación ciudadana y democrática, promover la educación para superar lo técnico y tecnológico para que el pensamiento de bases científicas interactúe mejor en una economía basada en el conocimiento y la innovación:
Debemos promover un pensamiento crítico que le apunte a la resolución de problemas, mejorando la comprensión, integración y aplicación de los diferentes estándares de la profesión, pero ir más allá de la aplicación de la parte técnica.
Además, se necesita una educación que integre de forma más activa las dimensiones de enseñanza y aprendizaje con los grandes retos que hoy nos trae la transformación digital y la pandemia, que han generado incertidumbre en la forma en la que enseñan las universidades.