Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Como respuesta a las inquietudes que suelen resultar a la hora de reconocer partidas como pasivos, los Estándares Internacionales precisan que para este proceso se debe realizar una revisión de la definición, y posteriormente evaluar las características del hecho económico o de la situación.
Partiendo que para reconocer una partida como pasivo se requiere tener muy clara la definición del mismo, es preciso tener en cuenta que los Estándares Internacionales definen pasivo como una obligación presente de la entidad, generada a raíz de un suceso pasado, al vencimiento de la cual la organización espera desprenderse de recursos que incorporan beneficios económicos.
Ante definiciones como provisión, deterioro y depreciación, muchos profesionales contables quedan con el sin sabor de no saber cuándo en realidad se puede reconocer una partida o en qué momento se pasa de hablar de un hecho verificable a meras presunciones. Con el fin de esclarecer esas preguntas que quedan en el aire acerca del proceso del que venimos hablando, en este editorial utilizaremos algunos ejemplos cotidianos que esperamos sirvan como soporte para fortalecer y darle forma a este asunto que parece tan difuso.
Al respecto, cabe anotar que, aunque las provisiones sean consideradas obligaciones de vencimiento y cuantía incierta, estas se catalogan como pasivos cuando se pueda evidenciar un alto grado de certeza sobre el hecho económico. Según la sección 21 del Estándar para Pymes, las provisiones se podrán reconocer cuando exista una obligación en la fecha sobre la que se informa, cuando sean resultado de hechos o sucesos pasados o cuando el importe de la obligación pueda ser estimado de forma fiable y sea probable (exista un alto grado de certeza de que se deba soportar la obligación).
Ahora bien, si por el contrario el grado de certeza es bajo, no se debe reconocer la partida como pasivo, ya que estaríamos hablando de una contingencia, y como tal esta no es reconocida sino revelada en las notas a los estados financieros.
Como se mencionó un pasivo es una obligación presente, lo cual quiere decir que a la fecha de corte, ya debía existir una obligación por parte de la entidad de desprenderse de recursos económicos, por lo tanto, si a la fecha de corte una obligación no cumple la definición de pasivo no se puede reconocer como tal.
La empresa La Cumplida SA recibe el 5 de enero de 2017 una demanda por un accidente de tránsito sucedido el día 1 de enero de 2017.
En este caso no se puede incluir en el cierre de diciembre esta situación, ni reconocer una provisión o un pasivo al respecto, dado que al 31 de diciembre de 2016 no existía obligación.
En el mismo ejemplo anterior se realiza un supuesto de que el accidente ocurrió el 29 de diciembre de 2016 y la demanda llega el 5 de enero de 2017.
Como al 31 de diciembre ya se tenía una obligación se debe reconocer una provisión para sopesar esta situación.
La empresa Lista SA tiene la intención de ampliar sus instalaciones para el año 2019.
Dado que tener un deseo no implica tener una obligación presente, la empresa Lista SA no puede reconocer en su contabilidad un pasivo por este concepto, ya que no estaría revelando la realidad económica de la empresa, pues no existe un hecho que justifique dicho reconocimiento y los rubros no son adeudados a ninguna entidad o persona natural.
La señora Sandra Hernández le pide a su contadora reconocer una provisión por reparación del techo el 29 de octubre de 2017, para efectuar dicha reparación el 15 de diciembre del mismo año, puesto que necesita tener su casa en óptimas condiciones para disfrutar con su familia las festividades decembrinas. Al momento de realizar el registro la contadora solicita los documentos que soporten la obligación y estos no existen.
Los deseos o ánimos de ejecutar algo no son lo mismo que una obligación presente, la provisión para arreglar el techo se reconoce cuando ya exista una obligación de pagarle a un maestro de obra o una empresa de construcción, no solo la presunción del hecho da fe de que el pasivo exista.
La empresa La Cumplida SA tiene una demanda en curso y está esperando el fallo y la sanción correspondiente, la gerencia no pudo determinar la cuantía de la provisión que debe reconocer para posteriormente saldar dicho pasivo.
Una obligación presente debe ser cierta, verificable; en los casos en los que no se puede establecer de manera fiable el monto a reconocer, a pesar de contar con una obligación, no se reconoce un pasivo, pues una condición para reconocer el pasivo es la medición fiable. En este caso la entidad debe revelar la contingencia, en lugar de reconocer una provisión.
Un juez decide que la penalidad que debe asumir la señora Marcela Rojas es pedir disculpas en público por haberse referido en malos términos del señor Lucio Medina.
En este caso, a pesar de que se tiene una obligación presente derivada de hechos pasados, no se puede reconocer un pasivo, puesto que no hay lugar al desembolso de recursos económicos. Frente a situaciones como esta debe recordarse que el hecho de que se imponga un sacrificio como pago de una sanción, no implica necesariamente que dicho sacrificio pueda medirse en términos económicos, por tanto, aquí tampoco se cumple la definición de pasivo.
Visto todo lo anterior, se concluye entonces que se requiere evaluar todos los componentes del concepto de pasivo para poder reconocer una partida como tal, y que en caso de que exista incertidumbre, pero a su vez exista un alto grado de certeza de que la entidad debe desprenderse de beneficios económicos a raíz de una obligación presente, se podrá reconocer la partida como pasivo, generalmente como provisión, de lo contrario solo se puede revelar la información a manera de expresar una contingencia.
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