Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
El Grupo Santodomingo, el Grupo Empresarial Bolívar, la Organización Sarmiento Angulo y la Cadena Kokoriko se han caracterizado por ser empresas familiares que han atravesado por un periodo en el que los padres ceden el control a los hijos.
Cada uno, a su propio ritmo y con un estilo corporativo definido, le han apostado al relevo generacional como una buena opción desde el punto de vista de la cultura empresarial y productiva, para lograr el éxito económico.
Según cifras reveladas por la Confederación de Cámaras de Comercio de Colombia, Confecámaras, en nuestro país, a finales del año pasado, habían conformadas 511.000 empresas familiares.
Julián Domínguez, presidente del gremio le dijo a La República que hay que fortalecer los esquemas de gobierno corporativo. «Es claro que en nuestra economía la mayoría de recursos se transfiere a través de compañías que no negocian sus acciones en las bolsas de valores, circunstancia que ha orientado una nueva corriente en gobierno corporativo que busca promover una mejor práctica de éste en sociedades cerradas».
Domínguez asegura que en el país existen por lo menos 511.000 empresas de carácter familiar. Y agregó que de las 730.000 empresas activas en el registro mercantil del país, apenas 84 están inscritas en el mercado bursátil.
Según estadísticas, el 85% de las empresas familiares, cuando pasan a la tercera o cuarta generación dejan de ser rentables o desaparecen. Los inconvenientes se comienzan a presentar cuando aparecen conflictos y diferencias entre los miembros del grupo familiar, lo cual hace que lo que era una exitosa compañía deje de serlo por culpa de las quejas de unos y otros.
César Augusto García, Administrador de Empresas, asegura que en Colombia hay muchas pequeñas, medianas y grandes empresas que nacieron bajo la bendición de una familia, pero que con los años han desaparecido por las diferencias generacionales que se presentan con el tiempo.
«Para que un negocio siga creciendo se necesitan nuevos talentos, para que se suba de nivel. En muchos casos es una buena opción que salga de la compañía algunos miembros de la familia y darle esa oportunidad a personas externas», asegura García.
Carlos Garaventa, economista argentino con doctorado en Administración de Empresas, explica en Terra una serie de consejos que deben ser tenidos en cuenta por las empresas familiares.
+ Conformar una especie de ‘credo familiar’ de desarrollo de valores, que incluya una planificación estratégica, en un modelo donde la gestión se una con la familia y el negocio.
+ Preveer la resolución de conflictos, pensar cómo actuar cuando a la empresa familiar se le incorporan nueras y yernos, trabajar en la preservación del patrimonio, planificar el tiempo de la sucesión y prever entrada de directivos no familiares.
+ Observar qué se hará con la tenencia de acciones y preparar procesos de profesionalización en la tercera y cuarta etapa de la generación. En ocasiones se eligen miembros de la familia para los puestos de dirección y se profesionalizan las estrategias y la ejecución del negocio.
+ Estudios como el de la firma Standard & Poors concluyen que las empresas familiares son más rentables que las no familiares, al menos en un 15%.
+ En Colombia, las empresas familiares son responsables de generar el 60% del Producto Interno Bruto (PIB).
«Hay un dicho español que indica que el abuelo creó la empresa, el hijo la mantuvo y el nieto la malvendió. No siempre se da así y estadísticamente la mayoría de las empresas llegan a su tercera o cuarta generación y algunas, con excepción, llegan a la quinta y sexta»: Carlos Garaventa.
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