Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Daniel Sarmiento y Gabriel Gaitán, contadores públicos colombianos, pertenecen al Grupo de Implementación de Pymes –SMEIG–
El SMEIG propone aclaraciones a la norma mediante un esquema de preguntas y respuestas, ya que el Estándar Internacional para Pymes no cuenta con un comité de interpretación.
El 8 de julio de 2020, la fundación IFRS nombró a nuevos miembros para que hagan parte del Grupo de Implementación de Pymes –SMEIG, por sus siglas en inglés–.
La entidad designó a 21 nuevos miembros y un observador para dicho grupo, por un período de tres años a partir del 1 de julio de 2020.
Dentro de los nuevos miembros nombrados para la jurisdicción de las Américas se encuentra el contador público colombiano Gabriel Gaitán León, exconsejero del CTCP, magíster en Administración y Dirección de Empresas, profesional que cuenta con amplios conocimientos en administración, dirección y consultoría empresarial, particularmente en asuntos relacionados con Normas Internacionales de Contabilidad –NIC–, de Información Financiera –NIIF–, de Auditoría –NIA– y de Aseguramiento de la Información –NAI–.
Vale la pena indicar que a este mismo grupo pertenece, desde 2019, el contador público colombiano Gabriel Sarmiento Pavas, magíster en Administración de Empresas, especialista en Auditoría de Sistemas y exconsejero del CTCP, y considerado como un líder de opinión en Colombia en los temas de contabilidad, revisoría fiscal, control de la calidad, Normas Internacionales de Información Financiera –NIIF–, de Auditoría –NIA– y de Aseguramiento de la Información –NAI–.
En diálogo con Actualícese, Sarmiento Pavas indica que pertenecer a esta entidad es un gran privilegio, porque es un nombramiento que hacen directamente los fideicomisarios, que son en la práctica los jefes de los miembros del IASB. El SMEIG es una autoridad mundial en los Estándares Internacionales para Pymes.
«No hay un perfil específico de formación profesional para pertenecer al SMEIG, pero los términos de referencia del grupo establecen que deben ser personas familiarizadas con el Estándar para las Pymes, en el rol de contadores, auditores o usuarios de la información», explica.
El SMEIG es un grupo consultor del IASB y está dirigido por un miembro del Consejo. No tiene un número fijo de miembros, pero no puede tener menos de 12 ni más de 30. Actualmente son 29.
Sarmiento Pavas explica que su función es proponer aclaraciones a la norma mediante un esquema de preguntas y respuestas, ya que el Estándar Internacional para Pymes no cuenta con un comité de interpretación como sí lo tienen el Estándar Internacional Pleno.
«También participa en la propuesta de las reformas integrales que se hacen a la norma y que se inician tres años después de la vigencia de la última versión», agrega.
Los miembros del SMEIG actúan en nombre propio, pero la composición del grupo incluye representantes de los 5 continentes. En este momento hay 4 representantes de Latinoamérica, de los cuales dos son colombianos.
«Este es un hecho sin precedentes en la historia del país, puesto que antes de 2016 no había habido ningún representante colombiano y ahora la mitad de los latinoamericanos tenemos ese honor», recalca Sarmiento Pavas.
El SMEIG actúa cuando hay consultas sobre algún asunto técnico relacionado con el estándar. El punto se somete a discusión del grupo y la posición técnica se decide por mayoría. Si la decisión es publicar una pregunta y respuesta, se hace, se publica en la página web de la Fundación IFRS; de lo contrario, no se hace ninguna publicación.
En cuanto al proceso de revisión integral, el IASB estudia los posibles cambios, y una vez emite el borrador, recibe respuesta del mundo, pero luego consulta de manera específica al SMEIG, que opina sobre la propuesta de revisión y puede incluir asuntos que no estén en ella.
Sarmiento Pavas, alrededor de su aporte para esta entidad, piensa lo siguiente:
«Es necesario volver a discutir la capitalización de gastos financieros y de costos de desarrollo, porque es un asunto que ha perjudicado algunos tipos de empresas y no está incluido en la agenda de la revisión integral que se está llevando a cabo este año. Esto ha hecho que muchos países modifiquen el estándar quitándole aplicación integral».
«Esto ha obligado a formalizar y mejorar sustancialmente la contabilidad de muchas empresas, aunque muchas otras, por falta de supervisión, siguen incumpliendo el estándar», piensa.
Cree que la única forma de lograr una aplicación aceptable del estándar es con la intervención del revisor fiscal, que debe garantizar que se cumpla la normativa.
El Estándar Internacional para Pymes, indica, tiene la gran ventaja de contar con abundante material de apoyo gratuito, por lo cual no debería haber problemas en la aplicación. «Otra cosa es que el ajetreo típico de un contador le impide dedicar tiempo a estudiar este material», advierte.
Fundada en el año 2000 con la misión de “elevar el nivel profesional del Contador Público”
