“El valor razonable se fundamenta en la intención del mercado”

El valor razonable es un término que ha sido introducido por los Estándares Internacionales y que demarca un tipo de medición de los elementos de los estados financieros con base en la intención de un mercado libre. Sus lineamientos se encuentran en diferentes normas, pero especialmente en la NIIF 13.  

Para hablar sobre valor razonable se requiere en primera medida realizar una contextualización de los términos medición y valoración.  

• Medición: es el proceso en el que se determinan los importes monetarios por los que se reconocen los elementos de los estados financieros. Para realizar dicho proceso se requiere una selección de una base o un método particular.  
• Valoración: es la atribución o la determinación del valor de algo o de alguien teniendo en cuenta diferentes elementos o juicios. 

Cuando se está reconociendo o estimando un valor se tienen en cuenta las características del elemento o partida a evaluar, es decir, los aspectos cualitativos que infieren en la determinación de su valor.  

NIIF 13 Valor razonable 

Ahora bien, de acuerdo a los comentarios recibidos de diferentes partes interesadas, la IASB expide una sola norma que incluye criterios sobre la medición a valor razonable: NIIF 13 Valor razonable. Esta norma aplica cuando cualquier otra norma requiera o permita mediciones a valor razonable y explica la forma en la que se debe medir bajo este método la información financiera. Cabe anotar que esta no se refiere a cuándo valuar las partidas a valor razonable, sino cómo se debe determinar el valor razonable y qué información debe mostrarse en las revelaciones. 

Ahora bien, el término de valor razonable según el marco conceptual “es el precio que se recibiría por vender un activo o pagado por transferir un pasivo en una transacción ordenada entre participantes del mercado en la fecha de medición”. De esta definición se puede entender lo siguiente: 

• Que el fundamento del valor razonable es diferenciar el valor que se le asigna a un elemento y el valor que este elemento tendría para los terceros que lo adquieran o transfieran, dos cosas muy distintas.  
• Que la operación o transacción está enmarcada en un libre mercado. 

• Que la operación o transacción no es forzada y se genera sin ningún sesgo. 
• La prioridad en la medición no es la intención de la entidad sobre el elemento, sino a la intención que tiene el mercado. 

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