Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
El aporte de las empresas norteamericanas a la economía colombiana equivale a un 13% del producto interno bruto nacional, porcentaje que podría verse reducido si el exceso de impuestos que hay en el país hace que muchas de estas cierren sus puertas.
El Consejo de Empresas Americanas –CEA–, el cual reúne a más de 120 firmas estadounidenses con presencia en Colombia, brinda apoyo en temas relacionados con inversión y clima de negocios para las compañías pertenecientes a diversos sectores económicos.
De la mano del Tratado de Libre Comercio que suscribieron Colombia y Estados Unidos se abren más oportunidades para que aumente el número de empresas estadounidenses en Colombia.
El aporte de las empresas norteamericanas a la economía nacional equivale a un 13% del PIB nacional, lo cual significa que han tenido óptimos resultados en los últimos años y mientras siga ocurriendo le irá bien al país.Las empresas norteamericanas llegan a Colombia a crecer. Han dedicado grandes esfuerzos a los temas de responsabilidad social empresarial, al entrenamiento, al personal, lo cual es muy valioso porque eso no se lo lleva la empresa sino que le queda a los trabajadores colombianos.
Sin embargo, la anterior situación ha venido cambiando con los años de la mano de los impuestos. Desde el CEA aseguran que cargas como el impuesto a la riqueza están erosionando las utilidades.
El CEA plantea que este impuesto no existe en Estados Unidos y por tal motivo no es deducible. Por ello, las que sufren son las sucursales colombianas, que deben registrarlo en el estado de pérdidas y ganancias, lo que se traduce en que vean a Colombia como un país menos competitivo e interesante.
Aunque la entidad no ha cuantificado la afectación, cuando se impuso el impuesto a la riqueza se dijo que se pagaría en cuatro cuotas, desde el 2014. Sin embargo, las empresas tienen que contabilizar en un mismo año lo que estaba establecido para cuatro, y bajo el sistema de contabilidad norteamericano no pueden diferirlo.
“Estos impuestos no son deducibles, se consideran como un gasto, y EEUU no tiene acuerdo de doble tributación con Colombia”, dice Ricardo Triana, presidente de la entidad a Entorno Inteligente.
Y como lo registra un editorial reciente de vanguardia.com, «los impuestos en Colombia ya son tan altos que basta con mirar cómo se ha estancado la inversión extranjera desde hace 4 años, en este caso la de los Estados Unidos, que entre otras cosas es la más alta entre todos los países extranjeros».
Igualmente se destaca que «el Gobierno, o bien no se ha dado cuenta de esa consecuencia alarmante, o peor aún, ya la registró y no le importa».
De esta manera, no solo el país continuará su marcha hacia ser cada vez menos competitivo frente a sus pares, sino que se le pone freno a una economía cuyo líder es un sector privado cada vez más golpeado y arrinconado por un Estado desaforado al que no le importa en lo más mínimo el futuro de quienes lo alimentan.
Una vez que el presidente Juan Manuel Santos escuchó los reclamos de las firmas estadounidenses, les dijo que “el país va bien, por un camino muy positivo; por supuesto que hay todo tipo de dificultades, como las económicas, porque se nos bajó el precio del petróleo. Nos ajustamos rápidamente, hicimos las reformas, nos apretamos el cinturón de forma tal que la economía siguió creciendo como líder en América Latina; vamos a seguir liderando el crecimiento este año”.
Lo anterior para explicar que ante la baja de la renta petrolera se vienen adelantando diversas políticas para diversificar la economía y así evitar la evasión fiscal.
Por su parte, el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, ha dicho que para el Gobierno es claro que la reforma no puede tener decisiones que lleguen a afectar la productividad. «Se está apuntando a poner a pagar impuestos a sectores informales y controlar la evasión», recalcó.
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