Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Los trabajadores más jóvenes no pueden sustituir fácilmente a los mayores, dijo la Organización Internacional del Trabajo (OIT). “Existe evidencia de que las políticas de jubilación anticipada no han generado empleos para los grupos más jóvenes», es lo que ha dicho a los medios de comunicación, el director ejecutivo de la División de Empleo de la OIT, José Manuel Salazar-Xirinachs.
Una de las principales razones por las que los jóvenes no pueden sustituir fácilmente a los mayores se debe al número de puestos de trabajos, los cuales no son estables y cambian en función de las condiciones del mercado laboral, reitera el funcionario.La conclusión que se puede sacar de las palabras de Salazar es que un trabajador mayor que se retira no es automáticamente reemplazado por uno más joven.
Actualmente, son los jóvenes quienes tienen mayores problemas para insertarse en el ámbito del trabajo. El desempleo en personas jóvenes se encuentra en alza y en algunos casos, supera el doble de la tasa media.
Según la directora regional de la OIT, Elizabeth Tinoco, «esta es una realidad que está bastante distanciada a la de los adultos y por eso la OIT asume como prioridad crear políticas efectivas de generación de empleo juvenil y sobre todo de calidad».
El organismo no solo está preocupado por el ingreso de los jóvenes al empleo sino por la calidad de los puestos dado que “cuatro de cada diez jóvenes ingresan al mercado laboral desde la informalidad”.
Adicional a lo anterior, en agosto de este año el Ministerio de Trabajo reveló que la edad del desempleado promedio durante el año 2011 es de 31.6 años. Y es preocupante saber que los desocupados son los que más estudios tienen. En promedio, cursaron 9,4 años de educación formal, mientras que los ocupados sólo cuentan con 8,4 años de educación formal.
Y para los jóvenes pobres el panorama no se ve nada bien. El 27% de los jóvenes pobres, de los estratos 1 y 2, ni estudia, ni trabaja, ni busca empleo. A esta situación se le agrega que el desempleo en todo el país entre los jóvenes de 14 a 26 años fue de 19,4% en marzo-mayo.
Muchos de los jóvenes pobres que terminan el bachillerato no continúan con sus estudios y caen en delitos como el pandillismo, el microtráfico, las bacrim y el embarazo adolescente, uno de los problemas más sensibles en Colombia.
Hugo Fernando Valderrama en su columna Retos de contratación para mayores de 40, afirma que las personas con el tiempo se vuelven costosas. Entre más años llevan se incrementa el salario y el peso en los costos. «Suele suceder con mucha frecuencia que por el precio de uno se pueden contratar dos o tres más jóvenes, entusiastas, dispuestos al cambio y a los retos, colaboradores y calificados, aunque no muy experimentados», afirma.
Si afuera de la empresa hubiera una oferta atractiva de personas mayores, con el perfil requerido, pero dispuestas a trabajar con alegría por la tercera parte del sueldo y con la flexibilidad requerida, no habría duda que las empresas las contratarían. El problema es que así no sucede la mayoría de las veces.
«La verdad es que yo he tenido que presenciar y sufrir que un buen número de las personas mayores de 40 son difíciles de tratar en un ambiente moderno o nuevo o descomplicado. Entre más se acerca la persona a los 50, más difícil le es lidiar con compañeros de 25 años que les parecen irreverentes, arriesgados, desordenados, descuidados, groseros, poco serios e irresponsables», agrega.
Valderrama concluye su reflexión diciendo que el desempleo aumenta para las personas mayores de 40 o 50 porque no caen en cuenta que cada nueva experiencia laboral requiere estar dispuestos a volver a iniciar casi de cero. Solo unos cuantos consiguen un empleo similar al que acaban de dejar y un mínimo número obtienen una mejor oportunidad de la que tenían; el resto, si no moderan sus requerimientos y si no flexibilizan su actitud y forma de relacionarse, difícilmente conseguirán una vinculación.
El número de personas mayores está aumentando más rápidamente que cualquier otro grupo de edad, según el informe ‘Envejecimiento en el siglo XXI: una celebración y un desafío’, dado a conocer por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) y HelpAge International, con motivo del Día mundial de las personas mayores.
Como lo publica El Tiempo, en el año 2000, por primera vez en la historia, había más personas mayores de 60 años que niños menores de 5 años. Dentro de 10 años, el número de personas mayores llegará a más de mil millones.
Nuestro país está entre los que más rápido envejece en América Latina. El 15% de los habitantes del país tendrán más de 60 años de edad antes del 2030, de acuerdo con Naciones Unidas.
En 2040 habrá mayor proporción de personas mayores que de jóvenes. Colombia, como país en desarrollo, tendrá nuevos desafíos frente al proceso de envejecimiento: cambios económicos, alteración de las estructuras familiares, legislación, entre otras, por lo que se hace necesario que aspectos como el sistema pensional, salud y seguridad sean adaptados para responder a las necesidades de las personas mayores, que pronto serán la mayoría de los colombianos.
La idea es no dejar a nadie sin tajada en este pastel. Como lo publica Portafolio, la OIT ha dicho que tanto jóvenes como mayores necesitan trabajar. Por lo tanto, no solo hay que apoyar campañas en favor del empleo juvenil, sino que se debería incentivar el trabajo en el colectivo de más edad.
La OIT ha recomendado políticas que promueven el empleo entre las personas mayores, como capacitación para los trabajadores en la etapa final de sus carreras, formación para los desempleados mayores, incentivos destinados a promover el empleo a edades avanzadas y campañas de sensibilización para combatir los estereotipos sobre el envejecimiento.«Sin embargo, debe quedar claro que prolongar la vida laboral no es conveniente para todas las personas, en especial para aquellas con mala salud o que ejercen su profesión en condiciones difíciles», añadió Salazar.
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