Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

“En general, la calidad de los contadores públicos colombianos es alarmantemente deficiente”


“En general, la calidad de los contadores públicos colombianos es alarmantemente deficiente”
Actualizado: 22 agosto, 2012 (hace 12 años)

Aquí hablaremos sobre...

  • ¿Qué lunares tienen las universidades al momento de educar a los futuros contadores públicos?
  • ¿De qué manera la Junta Central de Contadores y el Consejo Técnico de la Contaduría Pública podrían hacer una tarea de supervisión alrededor de la educación que se le está dando a los futuros contadores?
  • ¿Con qué tipo de perfil debe contar un docente que piensa formar a un grupo de futuros contadores? ¿Qué tipo de conocimientos contemporáneos debe tener?
  • Muchos contadores le están haciendo el feo a las NIIF. ¿Usted qué le diría a las nuevas generaciones sobre este tema?
  • Usted afirma que las universidades privadas tiran más para el lado del negocio. ¿Qué se podría hacer para que se vayan más por el lado investigativo y formativo con los futuros contadores?
  • ¿De qué forma se le puede poner un 'tate quieto' a las 'universidades de garaje'? ¿Desde su punto de vista qué se puede hacer para evitar su proliferación?
  • ¿Piensa que el Ministerio de Educación tiene que involucrarse más para parar este tipo de instituciones?
  • Finalmente, ¿usted ve que los contadores recién egresados tienen los suficientes conocimientos y calidad para liderar la profesión?

Carlos Sastoque se muestra crítico frente a la profesión, y en entrevista asegura que líderes como Edgar Nieto, Miguel Hernán Santana, Isidoro Arévalo y Darío Moreno ya no se ven. Recalca que no han aparecido profesionales que los remplacen.

El Contador Público Carlos Sastoque en sus diversas columnas de opinión se muestra crítico frente a temas que tocan y preocupan a la profesión. Entre sus más recientes escritos se destacan dos partes de ¿Si se forman Contadores Públicos en Universidades de garaje? y precisamente lo abordamos para hablar sobre este punto. Es contundente al afirmar que no tenemos gremio contable y el Estado hace con nuestra profesión lo que quiere.

¿Qué lunares tienen las universidades al momento de educar a los futuros contadores públicos?

Principalmente se preocupan por transmitir conocimientos y poca atención ponen a la formación de personas de bien y de profesionales con conciencia social y alto nivel de ética. Además, no hacen suficiente énfasis en los conceptos que deberían tener muy claros los nuevos graduados para ejercer su profesión.

La buena memoria, o la buena vista, parece ser más importante que el criterio profesional. Algunos programas académicos se han rezagado frente a las necesidades presentes y futuras. En Contaduría Pública la mayoría de universidades no le dan la adecuada importancia a dos áreas fundamentales como son la Revisoría Fiscal y la Contabilidad Ambiental.

¿De qué manera la Junta Central de Contadores y el Consejo Técnico de la Contaduría Pública podrían hacer una tarea de supervisión alrededor de la educación que se le está dando a los futuros contadores?

Veo muy difícil que puedan hacer algo mientras conserven la estructura actual en la que para ser miembros realmente pesan más intereses personales, políticos y económicos que capacidad profesional. Desde que estos dos organismos, que antes estaban en poder de los profesionales contables independientes y de la academia, quedaron bajo el dominio del Estado (y aparte de eso se redujeron en cantidad de integrantes) perdieron la misión y la visión que se necesita de ellos, se han limitado a ser dos entes burocráticos más, con mucha pantalla y poca efectividad.

Todo esto, ¿por culpa de quién? Por culpa de los mismos contadores públicos, ante todo de las nuevas generaciones, que se olvidaron de la defensa gremial, que esperan que un ser sobrenatural venga a hacerles el milagro de salvar su profesión sin que ellos hagan el menor esfuerzo de luchar por lo que les pertenece y les han estado quitando. Todo esto es reflejo de la poca formación profesional que imparten la mayoría de universidades.

¿Con qué tipo de perfil debe contar un docente que piensa formar a un grupo de futuros contadores? ¿Qué tipo de conocimientos contemporáneos debe tener?

Deber ser un docente por vocación, por apostolado, más que por necesidad. Alguien que tenga una clara conciencia social y firmes principios éticos. Debe ser un eterno estudioso, permanentemente abierto a las nuevas ideas, a los cambios sociales y al veloz desarrollo de la tecnología. Y debe buscar la formación de nuevas generaciones de contadores públicos con personalidad y criterios propios. Que no espere que sus alumnos se conviertan en sus clones.

Muchos contadores le están haciendo el feo a las NIIF. ¿Usted qué le diría a las nuevas generaciones sobre este tema?

Que no tienen que aceptar a ciegas las NIIF como si fueran dogma de fe. Pero que, desafortunadamente, son una realidad que se ha venido apoderando de todos los países, paradójicamente hasta de Cuba, y que no podemos vivir a espaldas de la realidad presente y futura.

Que participen activamente en su análisis para que podamos tener la adaptación más sana y útil para Colombia. Y que no les tengan miedo a estas normas internacionales y dejen a un lado la gran pereza de estudiarlas a fondo y entenderlas, para una adecuada aplicación.

Usted afirma que las universidades privadas tiran más para el lado del negocio. ¿Qué se podría hacer para que se vayan más por el lado investigativo y formativo con los futuros contadores?

En primer lugar que el Presidente de la República designe como ministro o ministra de educación a alguien que, más que político, sea un enamorado de la educación y tenga plena conciencia de su importancia para el desarrollo socio-económico de Colombia.

Que la educación se libere de los mandatos del Banco Mundial y de los grandes poderes multinacionales; que se oriente al beneficio de los colombianos antes que al de las potencias dominantes. Y, entre otras cosas, que haya una vigilancia estricta para que las universidades cumplan con el porcentaje mínimo de inversión en investigación que fue establecido desde hace muchos años por la Ley 30, pero que no se ha cumplido. Y que en los programas de Contaduría Pública se vinculen directivos académicos y docentes que tengan el perfil que menciono anteriormente.

¿De qué forma se le puede poner un ‘tate quieto’ a las ‘universidades de garaje’? ¿Desde su punto de vista qué se puede hacer para evitar su proliferación?

El Ministerio de Educación, y las secretarías departamentales, distritales y municipales, debe actuar en consonancia para no permitir la iniciación de clases en ninguna institución o seudoinstitución de educación superior, mientras no cumplan absolutamente con condiciones mínimas que garanticen un buena calidad de educación.

La DIAN debe hacer un estricto y continuo seguimiento de los ingresos y los patrimonios de sus fundadores y directivos; para asegurarse de que no es el ánimo de enriquecimiento el que prima en ellos.

¿Piensa que el Ministerio de Educación tiene que involucrarse más para parar este tipo de instituciones?

Definitivamente. Si este Ministerio y las secretarías de educación siguiendo sus directrices no lo hacen, entonces, ¿quién podría hacerlo?

Finalmente, ¿usted ve que los contadores recién egresados tienen los suficientes conocimientos y calidad para liderar la profesión?

Aunque tenemos unas pocas universidades con programas de Contaduría Pública de alta calidad, la verdad, por lo que he conocido en muchas empresas a las cuales les he prestado y presto mis servicios profesionales, es que en general la calidad de los contadores públicos colombianos es alarmantemente deficiente.

Por ello es que entre los graduados después de 1990 prácticamente no hay un solo líder profesional. Se nos murieron casi todos los pocos líderes consagrados y honestos que tuvimos como Edgar Nieto, Miguel Hernán Santana, Isidoro Arévalo y Darío Moreno. Otros, se cansaron al no contar con el respaldo real de las bases profesionales. Y no han aparecido quienes los remplacen. Resultado: No tenemos gremio contable y el Estado hace con nuestra profesión lo que quiere.

Descubre más recursos registrándote o logueándote. Iniciar sesión Registro gratuito
,