Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Entre los rasgos culturales de los que no nos hemos podido desprender se encuentra el machismo


En su discurso, con ocasión de la posesión de Jesús María Peña Bermúdez como nuevo miembro del Consejo Técnico de la Contaduría Pública –CTCP–, el doctor José Manuel Restrepo Abondano afirmó:

“(…) Lo primero que me parece importante resaltar es que hace falta presencia de las mujeres en el Consejo Técnico de la Contaduría Pública, en donde también ellas deberían participar. Hoy contamos con el trabajo de las mujeres en el Ministerio de Comercio, pero en el Consejo Técnico no se hace visible su participación, de hecho no se nota en la representatividad de los presentes. Por eso, hago este llamado de atención que es muy relevante (…)”.

Entre los rasgos culturales de los que no nos hemos podido desprender, que nos avergüenzan a varios, se encuentra el machismo. No es absurdo que tengamos una ley fomentando la participación de la mujer en los cargos públicos. Es evidente que respecto del CTCP nunca se ha dado cumplimiento a esta disposición.

Más allá de los criterios políticos que incentiva la Ley 581 de 2000, debe considerarse, en todos los niveles de la profesión, que hoy en día las mujeres son una amplia mayoría en la comunidad contable colombiana.

No hay razones válidas para considerar de menor valía a las contadoras. Pero sí hay mujeres que toleran y otras que fomentan el machismo. Sin duda, es un asunto cultural que requiere de mucho esfuerzo sostenido para modificarlo.

A nivel mundial muchas mujeres se encuentran en los primeros puestos de organizaciones contables y de instituciones conectadas con estas. Ya ni siquiera se habla de que ellas ocupen cargos directivos. Esta fórmula es peligrosa porque a veces valida que el principal sea un hombre.

La sicología ha estudiado –y lo sigue haciendo– las relaciones entre los seres humanos, entre mujeres y hombres. La falta de educación en estas materias hace que haya muchos “cortocircuitos”. Esa falta de educación se nota mucho cuando se trata del trabajo en las firmas de contadores, pues en estas es indispensable saber trabajar en equipo.

El problema del género no se limita a Colombia. Estudios en Brasil han señalado:

“(…) Bajo la perspectiva de las relaciones de género, se observó la existencia de estereotipos, permeando la comprensión de que las mujeres tienen una mejor preparación para las actividades operacionales del área, por ser más detallistas y dóciles que el hombre. Por medio de la naturalización discursiva de los papeles de género y de la segregación de las actividades operacionales y analíticas, a pesar del creciente número de mujeres en la profesión, la desigualdad institucionalizada es mantenida en la Contabilidad (…)”.

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Los cambios de conducta deben promoverse por la academia contable desde los primeros períodos. El trabajo que combina los valores de todos es el más exitoso.

Hernando Bermúdez Gómez
Tomado de Contrapartida De Computationis Jure Opiniones
Número 5129, 29 de junio de 2020

Hernando Bermúdez Gómez
Las publicaciones Contrapartida son escritas por miembros de la comunidad académica del Departamento de Ciencias Contables de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Pontificia Universidad Javeriana.
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