Los errores detectados por el auditor deben ser informados a la dirección, entendiéndose por esta aquella con la responsabilidad y la autoridad para evaluar dichos errores y adoptar las medidas correspondientes.
La expresión “errores relevantes” hace referencia a la diferencia que se presenta, ya sea por errores o por fraude, entre las cantidades o la información revelada en los Estados Financieros y las cantidades reales de la partida.
En el desarrollo de su tarea, el auditor debe manifestar si, a su juicio, los Estados Financieros representan razonablemente la realidad económica de la entidad. Por ello, en caso de identificar errores, puede solicitar los ajustes que considere necesarios, bien sea en la cantidad, clasificación, presentación o información revelada, para que esta se ajuste a la realidad.
En la medida que el auditor desarrolla su trabajo debe acumular los errores detectados e ignorar aquellos insignificantes. De igual manera, debe analizar si estos son relevantes aislados o si llegan a serlo sumados con otros errores.
De acuerdo conl tipo de error, el auditor debe analizar si es oportuno continuar con el mismo plan de auditoría cuando:
Los errores detectados deben ser informados a la dirección, siendo esta quien tiene la responsabilidad y la autoridad para evaluar los errores y adoptar las medidas correspondientes.
Si la dirección opta por no corregir algunos o todos los errores comunicados, deberá explicarle al auditor las razones para no hacer las correcciones, y, a su vez, este tendrá en cuenta dicha información al evaluar si los Estados Financieros en conjunto están libres de errores relevantes.
En este punto, es importante recordar que el auditor debe evaluar siempre si los Estados Financieros están preparados y presentados en todos los aspectos materiales, de acuerdo con la normatividad aplicable. Dicho examen también debe considerar los aspectos cualitativos de las prácticas contables que utiliza la entidad, los indicadores de información no financiera, aquella ligada al juicio de la dirección y, en general, todo aquello que pueda motivar a esta a no efectuar las correcciones sugeridas.