El auditor de estados financieros debe tener seguridad razonable de que estos están libres de declaración equivocada material por error o fraude, expresando su opinión respecto de si están preparados. Deberá reportar sobre los mismos lo que él encuentre, y comunicarlo como sea requerido por las NIA.
El auditor de estados financieros debe tener seguridad razonable de que estos están libres de declaración equivocada material por error o fraude, expresando su opinión respecto de si están preparados. Deberá reportar sobre los mismos lo que él encuentre, y comunicarlo como sea requerido por las NIA.
Las Normas Internacionales de Auditoría –NIA– contienen los estándares para trabajos de auditoría que son aceptados y usados en la mayoría de los países y que además tienen incorporados los desarrollos más recientes en cuanto a la auditoría de estados financieros a nivel mundial. En el documento Estándares Internacionales de auditoría, aseguramiento, revisión, otro aseguramiento y servicios relacionados, y control de calidad – Preguntas y respuestas frecuentes, de Deloitte, se profundiza en los objetivos generales de la auditoría de estados financieros.
Según la NIA 200, el propósito de una auditoría es mejorar el grado de confianza que los usuarios para quienes se realiza tienen sobre sus estados financieros, lo cual se logra mediante la expresión de una opinión por parte del auditor sobre si los estados financieros están preparados, en todos los aspectos materiales, según una estructura de presentación de reportes financieros que sea aplicable.
La NIA 200 señala que los estados financieros sujetos a auditoría son los de la entidad, preparados por la administración de la misma, con la vigilancia de quienes en ella están a cargo del gobierno corporativo.
Las NIA no imponen responsabilidades a la administración ni a quienes tienen a cargo el gobierno corporativo de la entidad, y no anulan las leyes y regulaciones que definen sus responsabilidades. Lo que hacen es señalar algunas temáticas relacionadas:
Si la administración, o quienes tienen a cargo el gobierno corporativo, no están de acuerdo con las anteriores temáticas, al auditor le queda muy difícil realizar la auditoría.
La NIA 200 señala dos objetivos que debe tener en cuenta el auditor:
Frente a los objetivos y principios, no hay ninguna diferencia: independientemente de si la auditoría es llevada a cabo en el sector privado o en el público, sus principios básicos continúan siendo los mismos. Se pueden generar diferencias en el objetivo y en el alcance, atribuibles principalmente a los requerimientos obligatorios y legales o a la forma de la presentación de los reportes.
Cuando se lleven a cabo auditorías de entidades del sector público, el auditor necesitará tener en cuenta los requerimientos específicos de cualesquiera sean las otras regulaciones, ordenanzas o normatividades que puedan afectar el mandato de la auditoría; así como cualesquiera sean los requerimientos especiales de dicha auditoría, incluyendo la necesidad de considerar asuntos de seguridad nacional.