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Estándares Internacionales aplicados: empresas de producción de café

La caficultura es una de las actividades agrícolas más importantes en Colombia. Le explicamos cómo debe ser el tratamiento contable de tal actividad, desde la siembra del cafeto hasta la venta del grano seco. Para esto existen dos opciones de modelos aplicables: el del costo o el de valor razonable.

Fecha de publicación: 1 de mayo de 2019
Estándares Internacionales aplicados: empresas de producción de café
Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

La caficultura es una de las actividades agrícolas más importantes en Colombia. Le explicamos cómo debe ser el tratamiento contable de tal actividad, desde la siembra del cafeto hasta la venta del grano seco. Para esto existen dos opciones de modelos aplicables: el del costo o el de valor razonable.

La principal cuestión en este asunto es el tratamiento de las ganancias del agricultor, pues la norma establece que las ganancias deben reflejarse en el período en el cual los activos biológicos se han transformado positivamente, mediante el crecimiento, el engorde, o el desarrollo de los cultivos.

En el caso del café, es importante tener en cuenta que se trata de un cultivo de largo plazo, que puede mantenerse productivo por múltiples períodos, dependiendo de la variedad del café, la calidad del terreno, el clima, entre otros aspectos.

[pq]El Estándar para Pymes es claro en requerir que las entidades dedicadas a actividades agrícolas midan sus activos biológicos al valor razonable menos los costos de venta[/pq], siempre que este valor razonable se pueda medir fácilmente y con fiabilidad, en el contexto de un mercado activo.

Los cultivos de café suelen negociarse en las zonas cafeteras, teniendo en cuenta la variedad del café, la antigüedad de la plantación, si está libre de plagas, y en muchos casos, la ubicación geográfica, pues en algunas zonas la comercialización del fruto es más fácil que en otras. En todo caso, es factible determinar, en cualquier momento, el valor de un cultivo de café en referencia a transacciones recientes, por lo cual la mayoría de las entidades deberán optar por la medición de estos cultivos al valor razonable.

Sin embargo, el valor razonable solo se puede aplicar a partir del momento en el cual el cultivo es comercializable, para poder tener un punto de comparación. Si el cultivo se encuentra en etapas previas, lo mejor es medirlo por su costo.

Preparación del terreno

La preparación del terreno para el cultivo de café no requiere demasiados esfuerzos en cuanto a movimientos de tierra, pues es un cultivo que se desarrolla muy bien en casi cualquier tipo de topografía. Sin embargo, en muchas ocasiones se incurre en costos por tala de árboles o corte de plantaciones antiguas que han alcanzado el final de su vida útil.

Este tipo de costos se recomienda llevarlos a resultados, ya que es muy complejo asociarlos con un número determinado de períodos futuros, cuando la entidad ni siquiera ha iniciado un proceso de siembra del nuevo cultivo.

Siembra y germinación

En las fincas cafeteras se suelen escoger los mejores granos para hacerlos germinar en un ambiente controlado dentro de un invernadero. Estos granos de café germinados (almácigos) se conservan hasta que alcanzan la edad y madurez suficiente para ser trasplantados al terreno. Este proceso se debe medir por el modelo del costo, incorporando al valor en libros del cultivo los costos de mano de obra, transporte e insumos necesarios para el crecimiento del cultivo.

Unidad de cuenta

En este tipo de negocios es común que se agrupen los datos por hectáreas, plazas o suertes, o simplemente se tomen todas las plantas de café como una única unidad denominada “cafetal”.

Esto sucede debido a que [pq]no es necesario ni práctico contabilizar el costo por cada planta de café. En su lugar es recomendable agruparlas en unidades de cuenta más grandes, dependiendo de la operación de la entidad[/pq] y de la forma como se pretenda presentar la información para toma de decisiones.

Cultivo en desarrollo

Cuando las plantas de café son trasplantadas al terreno continúan su crecimiento hasta empezar la etapa productiva. La entidad decidirá si tratará a estas plantaciones por el modelo del costo o si las empezará a medir por el valor razonable. Esta decisión depende de lo complejo o sencillo que resulte medir el valor razonable de manera fiable, sin costo o esfuerzo desproporcionado.

Si la entidad aplica el Estándar Pleno, este tipo de plantas productoras deben medirse como propiedades, planta y equipo, y la entidad deberá elegir el modelo de medición, ya sea el del costo o de valor razonable.

Cultivo en etapa productiva

Pueden presentarse dos opciones aplicables: llevar a cabo el modelo del costo o el modelo del valor razonable.

  • Si la entidad ha optado por un modelo de costo-depreciación-deterioro, debe estimar una vida útil y valor residual para el cultivo (que debería ser cero). Este tratamiento es muy similar al de las propiedades, planta y equipo medidas al costo. Además, los costos incurridos para el mantenimiento del cultivo, tales como mano de obra e insumos, pueden cargarse como costo de la cosecha.
  • Si la entidad ha optado por medir el cultivo por el valor razonable, lo que debe hacer es ajustar el valor en libros del cultivo al cierre de cada año, reconociendo los efectos de esta medición como una ganancia o pérdida en el estado de resultados. Los costos de mantenimiento del cultivo se pueden cargar como mayor valor del cultivo o se pueden llevar a resultados. En ambos casos el efecto sobre las ganancias será igual.

Reconocimiento de cosechas.

Los granos de café recolectados (aún con su cáscara) deben ser valorados al valor razonable menos costos de procesamiento y venta. Para lograr esta medición de manera precisa, la entidad debe calcular el precio del café tostado y molido, y el costo en el cual incurrirá en ese proceso, así como el transporte y cualquier costo asociado.

Por ejemplo, suponga que la entidad cosechó 10.000 kg de café, y el precio de mercado es de $1.200 por kg. El valor que debe darse al inventario de café es entonces de $12.000.000.

El reconocimiento de esta cosecha tiene como contrapartida un menor valor del cultivo, o también puede contabilizarse directamente en resultados. En ambos casos las ganancias del período serán exactamente iguales.

Cualquier costo relacionado con el procesamiento posterior del café (en el proceso de pelado, secado, u otros) debe ser tratado como mayor valor del inventario de producto agrícola, atendiendo los requerimientos de la sección 13 – Inventarios.

CP. Juan David Maya Herrera
Consultor de Estándares Internacionales de Información Financiera
Certificación Internacional por el ICAEW en IFRS Full (NIIF Plenas)

*Exclusivo para Actualícese

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