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Estándares Internacionales de Información Financiera: Capítulo I – Introducción a los Estados Financieros (segunda parte) – Hernan A. Rodriguez G


Hernán RodríguezLos estados financieros de propósito general son una manera muy especializada de suministrar la información contable. Esta especialización parece que nos llevara a la inevitable propuesta de avanzar hacia estándares únicos de información financiera de aceptación mundial.

Ya vimos que muchas transacciones y eventos contables se generan en las funciones o con ocasión de las funciones de la cadena de suministro y en la administración del efectivo. Vimos que a este nivel los modelos de información contable necesitan de los conceptos de partida doble y de ecuación patrimonial. También vimos que el nivel de competencia del contador a este nivel era su conocimiento de la disciplina contable y su habilidad para operar el registro en libros (manuales o computarizados). La finalidad del suministro de información era fiduciaria y forense más que todo, y por tanto se carecía de una estructura estándar para suministro de información.

Al nacer la necesidad de información para toma de decisión nos encontramos con la aparición de los estados financieros y por consiguiente con los procedimientos técnico-contables para hacer corte de cuentas a fechas determinadas y así permitir los cálculos que le darían valor a los inventarios finales, así como a la porción de estos y demás recursos utilizados en las diferentes funciones de la cadena de suministro.

Sin embargo la amplitud con que se podían hacer estos cálculos originó métodos alternos para medir el valor a los inventarios finales, para determinar el costo de venta de los bienes vendidos y reconocerlos en los estados financieros. Aparecen métodos alternos, también, para medir la depreciación de los recursos utilizados en la producción de bienes y servicios.

La utilidad que se calculaba en los negocios llegaba hasta la asociación de ingresos y gastos para hallar un resultado. Los procedimiento para hacer distinción sobre lo que afecta o no a este resultado para convertirlo en utilidad distribuible originaron métodos de cálculos que a su vez la práctica generalizada los volvió de aceptación general. Una discusión muy profunda y producto de litigios legendarios se originó sobre la llamada depreciación, más precisamente los métodos que se usaban para asignarle el valor de las maquinarias y equipos a los bienes fabricados y vendidos.

Las decisiones que se deberían tomar con los estados financieros tenían que correlacionarse con el buen o mal comportamiento de la utilidad que se generaba por los negocios, pero con reglas aceptadas por todos. ¿O sea normas únicas aceptadas por todos?

Se empezó entonces en los niveles nacionales la promulgación de normas que calmaran el apetito de los inversionistas y que garantizaran a la vez que al estado pudiera recoger lo que le tiene derecho.

Para este entonces ya los negocios se saltaron la tapia de los niveles nacionales con los problemas propios de su cadena de suministro que necesita una administración del efectivo aparejada, pero ahora con particularidades importante como cultura, moneda y lenguaje. Los negocios avanzaron hasta el punto de buscar la optimización tributaria y aportar valor a las empresas para que estas a su vez puedan negociarse en un mercado especial, el mercado de valores.

El mercado de capital necesita hacer coincidir la oferta y la demanda de empresas productivas para vendérselas al mejor postor. Las transacciones empresariales van más allá de la garantía de un buen dividendo por negocios exitosos, aparecen inversión extranjera directa, fusiones, transformaciones, operaciones conjuntas etc. Aparece la financiarizacion de las actividades empresariales con sus negocios altamente complejos de corte especulativo. En este ambiente, la representación de la empresa como mercancía objeto del mercado de capital toca entonces hacerla con modelos de estados financieros idóneos.

Los estados financieros fueron hechos evolucionar hacia una misión de mostrar el valor prospectivo de las empresas con buenos negocios. Aquí entonces al usuario (inversionista y el acreedor) ya no le interesa el valor histórico de cada rubro de los estados financieros, sino cuánto valdría todo lo representado en los estados financieros si se someten a las fuerzas de la oferta y la demanda en un mercado considerado perfecto: los mercados de valores.

Y aquí comienza el dolor de cabeza para los preparadores de información ¿Por cuánto puedo negociar los soportes de cada rubro de los estados financiero? ¿Se necesita reconocer estos valores debidamente calculados en los estados financieros? ¡En eso estamos!

Para eso se han hecho necesarios los estándares internacionales de información financiera, para que guíen el reconocimiento de cada rubro de importancia material, que ayuden a medir su valor y que le dé un atributo clasificatorio de acuerdo a la liquidez o la solvencia. Y como la cosa es de confianza pública, hay que rodear a esta información con la máxima revelación posible, documentando en forma ordenada lo que ocurre en su entorno amenazante.

Recordemos que hay que proteger al usuario de información financiera (Inversionista, Acreedores) que no tienen acceso a los libros contables al momento de la toma de decisión. Ellos analizan información financiera preparada y auditada por contadores públicos.

Los Contadores Públicos a la vez que preparadores y aseguradores de estados financieros, también pueden ayudar a la fiscalización de los controles internos corporativos que sustentan la fiabilidad de esta información especializada. ¡Pero, menos retórica y más acción!

Autor:

CP. Hernan A. Rodriguez G.
globaliconta.blogspot.com.
Email:herodri@gmail.com



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