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Fiducia inmobiliaria y su reconocimiento según Estándares Internacionales


Actualizado: 29 junio, 2016 (hace 8 años)

Aunque el Estándar Internacional de Información Financiera para Pymes no se refiere tácitamente al reconocimiento, medición, presentación y revelaciones de los acuerdos de fiducia, dicho tratamiento puede determinarse a partir de los elementos presentados en el marco conceptual del estándar y evaluando las condiciones específicas del contrato en particular.

Los acuerdos de fiducia pueden o no involucrar la transferencia de bienes, pero no es solamente esta condición –sobre la clasificación como fiducia mercantil o encargo fiduciario– la que determina la adecuada forma de llevar los datos resultantes a la contabilidad. Estos negocios, en los que existe un acto de confianza, en el cual una persona le hace entrega a otra de uno o más de sus bienes, con el fin último de que quien los recibe haga uso de estos para cumplimiento de un fin específico, que bien puede ser en beneficio del fideicomitente (quien entrega los recursos) o de un tercero, se reconocerán según su fin último, que en algún caso pude ser de tipo inmobiliario.

Reconocimiento según el Estándar Internacional

Cuando el fin último del contrato de fiducia es ejecutar un negocio inmobiliario, el contrato tiene como intención la administración de los recursos aportados por los promitentes compradores de unidades inmobiliarias próximas a construir; sin embargo, dicho tipo de acuerdo específico tiene varias modalidades y alcances.

Cuando se pacte un acuerdo de este tipo, el comprador que consigna recursos en una fiducia inmobiliaria tiene un anticipo para la compra de una propiedad inmueble y por tanto la operación se reconocerá según sus políticas internas de reconocimiento de anticipos; esto podría ser como “otros activos” en el estado de situación financiera, utilizando una medición al costo, de tipo no amortizable y con evaluación del deterioro del valor.

De otro lado el vendedor, que es quien ejecuta la obra de construcción, podrá reconocer como ingresos recibidos por anticipado los recursos obtenidos por la fiducia; estos se medirán al costo, deberán ser clasificados como pasivos no financieros y no habrá lugar al reconocimiento de descuento financiero alguno.

En este caso el papel de la fiducia es semejante al de un mandatario, pues el trabajo que ejecuta es administrar recursos recibidos de clientes a nombre del fiduciante.

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