La fusión de empresas puede definirse como el proceso de unión entre dos o más personas jurídicas, antes independientes, las cuales, a través de la unión de sus patrimonios, empiezan a desarrollar sus actividades.
La fusión de empresas puede definirse como el proceso de unión entre dos o más personas jurídicas, antes independientes, las cuales, a través de la unión de sus patrimonios, empiezan a desarrollar sus actividades.
Normalmente se pueden identificar dos tipos de fusiones: fusiones puras y fusiones por absorción; estas se diferencian entre sí por las características de la sociedad que resulta de este proceso: en la primera, por lo general, la unión patrimonial se da entre sociedades que desarrollan una actividad común, y como producto de ello se crea una nueva sociedad que da paso a la desaparición de las entidades originales.
En cuanto a la fusión por absorción, la sociedad absorbida desparece como persona jurídica en tanto que la que absorbe conserva todas sus características.
En ambos casos, según la competencia e importancia económica, los procesos de fusión de empresas se pueden realizar en entidades que trabajen en la misma área y decidan unirse para fortalecerse mutuamente en su sector (aumentando su participación en el mercado) o entidades de diferentes áreas que decidan unirse con el fin de diversificar sus mercados y conformar conglomerados económicos.
Durante estos procesos usualmente la fusión de los patrimonios permite la conservación de todos los accionistas, recalculándose el porcentaje de participación de acuerdo a la nueva conformación patrimonial, sin embargo, pueden establecerse diferentes proporciones de participación o incluso ceder todo o parte de su participación patrimonial, como puede darse en los casos de absorción.