Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Daniel Bulla, gerente de impuestos de BDO Colombia afirma que el impuesto al consumo para viviendas de más de 800 millones de pesos es un retroceso en lo que ya se había logrado con la última reforma; encarece la vivienda y afecta a los constructores, dejando como único ganador al recaudo.
William Daniel Bulla Berdugo, gerente de impuestos de BDO Colombia dice en entrevista con Actualícese que gravar las bebidas no alcohólicas y las cervezas con IVA plurifásico, más que una estrategia de recaudo, lo que pretende es desincentivar el consumo de alcohol.
Sí se esperaba. En un país polarizado iba a ser un “caballo de batalla” para que congresistas y políticos salieran a darse baños de popularidad, atribuyéndose esta caída. Interpretarlo como una derrota tal vez sea subestimar al Gobierno, pues la falta de debate para no dejar caer la propuesta deja ver que tal vez este era consciente del desenlace de esa propuesta.
La primera venta de vivienda a este nivel ya estaba gravada con un IVA del 5 %, lo cual, aunque en demerito de los compradores finales, representaba para los constructores un alivio en sus finanzas al poder recuperar los impuestos pagados en la cadena de construcción. Este impuesto al consumo es un retroceso en lo que ya se había logrado con la última reforma, y no solo encarece la vivienda al subirle tres puntos porcentuales (8 %), sino que vuelve a afectar a los constructores, dejando como único ganador al recaudo.
Respecto a las motocicletas, casi que tradicionalmente en las últimas reformas se fue disminuyendo el cilindraje excluido, empezando con 250 cc, luego 200 cc y ahora gravando con este impuesto la totalidad de estos vehículos. Evidentemente esto es una medida pro-recaudo, a la que de fondo solo se le podría ver un tinte de desincentivo o búsqueda de consciencia en los usuarios de este tipo de vehículos.
Más que una estrategia de recaudo, este tipo de medidas lo que pretende es desincentivar el consumo de alcohol. Con la propuesta seguramente no se incrementará dramáticamente el recaudo, toda vez que estas bebidas ya pagaban el impuesto, pero en sede del importador o productor. Ahora bien, con el desarrollo que cursará debate lo que se extiende es la responsabilidad del impuesto a todos los actores de la comercialización, a partir de lo cual se pretende hacer responsable y participe del cobro del IVA incluso al tendero, con lo que indirectamente se puede conseguir como respuesta una formalización de este tipo de economía.
Es lo normal en un sistema tributario: el que más tiene debe contribuir más y frente a todas las cédulas que actualmente existen, solo han servido para disgregar los ingresos por varias depuraciones, llegando a erosionar el impuesto al final del día. Ahora bien, la tarifa adicional es una medida que propende por hacer más equitativo el sistema, pero puede dar un mensaje equivocado, invitando a planeación tributaria al tenor de recibir estas sumas por fuera del país.
Es uno de los recursos que siempre trata de agotarse en aras de tapar el déficit de recaudo. Sin embargo, como el IVA en la canasta familiar, afectar la cada vez más remota posibilidad de pensionarse con impuestos se torna también en un asunto de poco recibo político, lo que en efecto llevó a su desmonte.
Frente a esto, es evidente que en la medida que la tónica sea mitigar siempre un defecto en las arcas del Estado, seguramente este tipo de rentas, como “pasivas”, serán nuevamente atacadas por las reformas tributarias venideras.
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