En el último trimestre del año, la tasa de desempleo promedio nacional fue de 11,5% frente al 12,2%, del mismo periodo en el 2009. La tasa de personas ocupadas aumentó a dos puntos porcentuales al pasar de 53,5% en 2009, a 55,6% en el presente año.
Para el columnista de El Espectador, José Roberto Acosta, las cifras no son para sacar pecho ya que a nivel cualitativo se sigue presentando debilidad ante la creciente informalidad. «Lo peor es que a futuro el tema del empleo tiene fuertes amenazas: la revaluación del peso y la concentración de actividad económica en actividades intensivas en capital y no en mano de obra, tales como hidrocarburos y minería», asegura.
El temor de perder el empleo está entonces presente. Y cuando éste se pierde, en momentos de crisis es importante mantener la calma y aprender que el dinero que tenemos, mucho o poco, debe rendir al máximo.
La República nos estrega unos sencillos consejos que valen la pena aplicar.
+ El desempleo es sólo una etapa donde la mayor parte de la población ha experimentado o la experimentará en algún momento de la vida.
+ Es positivo hablar de esta situación con la familia y los amigos. Esto contribuye a que otras personas nos presenten opciones laborales y propuestas interesantes.
+ Hay que crear un presupuesto donde se recorten los gastos innecesarios. Elabore un listado de los urgentes e imprescindibles. Las llamadas a larga distancia, las salidas a restaurantes y centros nocturnos podrían reducirse.
+ Analice las deudas y trate de no adquirir nuevas para no entrar en gastos.
+ Es aconsejable también acercarse a su entidad bancaria para que sepan la situación y ver si ellos ofrecen una alternativa, que afecte lo menos posible su patrimonio.
Si hay algo de lo que usted debe estar muy pendiente es de la canasta familiar. Y es en una situación de desempleo que para ahorrarse varios pesos, las personas pueden entrar dentro de lo que se denomina down trading.
Lo anterior significa que las personas siguen adquiriendo los mismos productos, pero en las marcas más básicas y de menor precio para proteger su presupuesto. Las marcas propias ofrecen la misma calidad y tienen variedad a precios asequibles y respaldo.
De igual manera, los almacenes de cadena para evitar que los clientes migren, realizan constantes promociones con descuentos frecuentes en los productos de mercado, hogar, ropa y tecnología.