En un proceso de auditoría de estados financieros los profesionales deben elaborar los respectivos papeles de trabajo para sustentar la decisión final. Estos documentos tienen dos cualidades. Primero, los papeles de trabajo deben ser suficientes en cantidad y, segundo, apropiados en calidad.
En un proceso de auditoría de estados financieros los profesionales deben elaborar los respectivos papeles de trabajo para sustentar la decisión final. Estos documentos tienen dos cualidades. Primero, los papeles de trabajo deben ser suficientes en cantidad y, segundo, apropiados en calidad.
Las empresas elaboran estados financieros en el cierre contable para presentar su situación financiera. Según las Normas Internacionales de Información Financiera, las entidades deben elaborar el estado de posición financiera, el estado de resultados, el estado de flujo de efectivo y las notas. No obstante, antes de informarlo a las partes interesadas –tanto internas como externas a la entidad–, estos informes deben ser evaluados por una firma de auditoría.
En este proceso los auditores realizan los papeles de trabajo, que son todas las pruebas sustantivas y documentos que contienen toda la información y procedimientos utilizados en el proceso de auditoría, y son la prueba fehaciente de que sustentan todas las decisiones profesionales, ya que en auditoría lo que no está escrito no existe. Los papeles de trabajo tienen dos características: primero deben ser suficientes en cantidad y, segundo, apropiados en calidad.
Este proceso y los papeles de trabajo son regulados por las Normas Internacionales de Auditoría –NIA–. Estos estándares no establecen alguna estructura de estos documentos porque dependen de algunos aspectos como el tamaño de la empresa, sus actividades operacionales, el entorno, la jerarquía, la responsabilidad de los compromisos, entre otros.
No obstante, existen dos clases de papeles de trabajo. Están los permanentes, que se pueden usar por más de un período como complemento de la auditoría del siguiente año o como consulta. Asimismo, también pueden ser corrientes, los cuales tienen información propia del período que se está evaluando. Finalmente, los papeles de trabajo deben ser eficientes, teniendo una coherencia en todo su cuerpo, objetivos, conclusión, y establecer un sistema de archivo, marcas, carpetas, etc.