Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Se viene la segunda vuelta y aunque para muchos el próximo presidente de los colombianos ya tiene nombre propio, los dos quieren quemar todas su fichas y estrategia en una palabra: impuestos. Por supuesto, no hay que dejar a un lado los temas de empleo, infraestructura y salud.
Tocando el tema de los impuestos, Santos se muestra en contra de un incremento o creación de nuevos y propone una deducción del impuesto de renta para promover la generación de empleo. En la otra orilla, Mockus habla de una reforma tributaria estructural que ordene los impuestos nacionales y regionales, aumente el recaudo, recupere la eficiencia, promueva la formalidad laboral y frene la evasión. Como lo aseguran en La República.
Y continuando con el tema tributario, durante la sesión de ayer en el Congreso de la República, se tenía previsto el análisis de los artículos de los tributos que el Gobierno quiere dejar permanentes para conseguir mayores recursos para la salud. Sin embargo, quedó para hoy.
El Gobierno busca alrededor de tres billones de pesos con esta reforma que dejaría permanente un impuesto de 16 por ciento al consumo de cerveza y unas tarifas determinadas para las cajetillas de cigarrillos y vinos y licores.
Durante la última semana el gobierno ha adelantado diferentes reuniones con los integrantes de las comisiones económicas con el fin de sacar adelante la iniciativa. La reforma tributaria para la salud empieza su carrera contra el tiempo, ya que la administración de Álvaro Uribe Vélez quiere dejarla aprobada antes del 20 de junio.
Para el analista de Semana, Alfredo Rangel, «se enfrentan dos visiones: la fiscalista y alcabalera de Mockus, que pretende aumentar los impuestos a como dé lugar, y la moderna y pragmática de Santos, que privilegia un trato amable con los inversionistas y con los consumidores, que somos todos. Mockus se propone realizar una radical reforma tributaria que consiste en incrementar las tarifas del impuesto de renta, el predial y el IVA. Santos, por el contrario, se compromete a no elevar esas tarifas y a poner el énfasis en disminuir la evasión -que hoy es de entre 20 y 25 por ciento-, al menos a la mitad».
«El tema de los impuestos no se puede analizar en abstracto, ni en función de los deseos, como hace Mockus, sino en relación con las realidades económicas actuales y sus expectativas futuras. En efecto, después de nuestro espectacular crecimiento económico de 7 por ciento en 2006 y de 8 por ciento en 2007, la crisis internacional nos frenó a 0,4 por ciento el año pasado. Pero las expectativas hacia el futuro son favorables: 3 por ciento este año y 4 por ciento el año entrante. Sin embargo, la posibilidad de esta recuperación se podría frustrar si un inoportuno incremento de los impuestos ahuyentara la inversión nacional y extranjera que es la que, finalmente, crea más empleo y genera más ingresos para todos.»
Algunos expertos y analistas coinciden en americaeconomica.com, que ninguno de los dos candidatos han aportado soluciones concretas en la forma en la que se gestionará el sector minero, ya que la explotación del crudo, oro y carbón subirá en los próximos años y esto podría crear una revalorización excesiva del dólar y una dependencia de la economía a estos productos.
«A la clase media le afectaron temas como el aumento de los impuestos y decidió cambiar su voto a última hora. Si bien Santos tenía problemas con temas tangibles como los falsos positivos o las chuzadas del DAS, que son bastante graves, no tocan a la gente del común. No afecta su diario vivir como si sucede con el IVA, los salarios y el Sisben»: Miguel García, profesor del Departamento de Ciencia Política de la Universidad de los Andes, en Dinero.
«Santos, a pesar de que prácticamente todos se fueron en su contra, se defendió bastante bien. Explicó muy bien la inconveniencia de aumentar el IVA y los impuestos a las empresas: a mayores impuestos, menor consumo, menos empleo, más empresas quebradas, menor inversión extranjera y menor recaudo total para el Estado»: en el blog Pregúntele a Petúfar en El Tiempo.
«Algunos expertos consideran que una reforma tributaria es necesaria para cubrir el déficit fiscal, que en 2009 terminó con un 3,5%. En rasgos generales, indican que esto pasaría por uniformizar las tarifas del IVA y eliminar los impuestos a las transacciones financieras»: americaeconomica.com.
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