Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Aunque todavía no se puede determinar de cuánto sería el impacto en el bolsillo de los colombianos, los estimados que se manejan es que, por ejemplo, el costo de la canasta familiar subiría hasta un 2%. Dos exdirectores de la DIAN y un miembro de la Comisión de Expertos para la Equidad y la Competitividad Tributaria opinan sobre el tema.
A falta de conocer el texto definitivo de la reforma tributaria, que se radicará ante el Congreso de la República en el mes de octubre, según recientes declaraciones del presidente Juan Manuel Santos, uno de los puntos más polémicos de la propuesta es si se presentará o no un aumento a la tarifa del IVA, la cual actualmente es del 16%. La propuesta es subirla al 19%.
Partiendo del punto que son los consumidores quienes pagan este impuesto, la consecuencia sería que el costo de vida tendría un alza considerable. Comprar ropa o electrodomésticos, por ejemplo, tendría en promedio un 5% más de costo por producto o servicio. Los útiles escolares, la gasolina y los gadgets tecnológicos también tendrían un alza en su costo. Otros como el pasaje del bus o la carrera en taxi no tendrían aumento porque hacen parte de los denominados bienes no gravados.
Todavía no se puede determinar con exactitud de cuánto sería el impacto en el bolsillo de los colombianos. Los estimados que se manejan es que, por ejemplo, el costo de la canasta familiar subiría hasta un 2%.
Para Alfredo Lewin, socio fundador de Lewin & Wills Abogados y miembro de la Comisión de Expertos para la Equidad y la Competitividad Tributaria, es indispensable que las bases del IVA en Colombia tengan una mayor cobertura, como sucede en gran parte de los países.
«Es normal que dependiendo del tipo de bien o servicio, el sistema cuente con dos o tres tarifas. En cuanto a los productos de la canasta familiar lo conducente es que la incidencia de este gravamen se compense de la manera que sea más adecuada por parte del Estado, particularmente para los estratos 1 y 2».
Por otra parte, el exdirector de la DIAN, Gustavo Humberto Cote Peña, afirma que el mensaje que se le está enviando a los colombianos estableciendo diversas tarifas del IVA para productos básicos de la canasta familiar es muy preocupante.
«El IVA es un impuesto que por ser indirecto no consulta la capacidad de los obligados a asumirlo. Por tanto, termina afectando sin hacer distinción alguna a las familias menos acomodadas como a aquellas con mayor riqueza. A la deficiencia estructural del impuesto se suma el desafortunado comportamiento de la inflación de los últimos meses del 2016, que incide en forma directa en los precios de los artículos de primera necesidad», expresa Cote Peña.
A su vez agrega que un panorama así resulta desalentador, pues un cambio de tarifas y el establecimiento del IVA a algunos productos y servicios de la canasta familiar va a afectar en forma negativa el bolsillo de los colombianos.
Finalmente, Horacio Ayala, también exdirector de la DIAN, dice que sin duda pueden presentarse incrementos de los precios, aumentando de esta manera la creciente inflación. Por otra parte, estos efectos se pueden reducir en aquellos productos que no causan el impuesto, pero que llevan implícito el IVA sobre las materias primas y los servicios incorporados para su elaboración.
«El riesgo, por supuesto, es que se aproveche esta coyuntura para incrementar los precios de los productos básicos, en momentos en que coinciden además los fenómenos de inflación y devaluación», concluye.
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