Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

«JCC merece ser repensada, dotarla de un alto grado de tecnificación con aportes investigativos»


«JCC merece ser repensada, dotarla de un alto grado de tecnificación con aportes investigativos»

Para Roberto Torres, la coyuntura ocasionada por la pandemia ha contribuido a que el profesional contable sea más proactivo, tenga mayor disposición para el uso de la tecnología.

Contadores debemos poner la tecnología a nuestro servicio para contribuir al desempeño y sostenimiento de las organizaciones empresariales en estos tiempos de incertidumbre.

Para Roberto Carlos Torres contador público, especialista en Finanzas, con conocimientos en sistemas informáticos, investigador en temas contables e implementación de Estándares Internacionales, la contaduría pública y su ejercicio profesional demandan dinamismo y transformación.

«Con la expedición de la Ley 1314 de 2009 se buscó acercar la normatividad a las prácticas internacionales, para insertarnos en los mercados mundiales, facilitando mayores oportunidades de negocios a las organizaciones empresariales nacionales, y hablando un mismo lenguaje financiero y contable», dice.

Al respecto, considera una serie de aspectos que se deben modernizar en la profesión. El primero, las universidades deben ajustar los planes de estudio, currículos y pensum académicos de los programas de contaduría pública, volverlos acorde a las nuevas exigencias laborales, sumado a una alta dosis de inversión en tecnología.

Hace énfasis en la validación de las competencias, mediante exámenes periódicos que permitan la cualificación del profesional contable.

«La adecuada implementación de los estándares internacionales para pymes y los plenos deben seguir siendo evaluados y actualizados, atendiendo a las enmiendas y modificaciones que realicen organismos internacionales como el IASB», afirma.

En cuanto a la revisoría fiscal, asegura Torres, que si bien es cierto que desde años anteriores se ha intentado reformar su ejercicio, sin lograr resultados, destaca que con la creación e instalación de los comités regionales se viene estudiando y revisando el tema para estructurar propuestas con la finalidad de modificar el marco legal vigente que regula su ejercicio.

«En términos generales, es dable afirmar que muchos aspectos, como el tema de la ética y el estatus que queremos darle a la profesión dentro del entorno económico, financiero, ambiental y social colombiano, también deben ser motivo de estudio, pensando en la modernización», reflexiona.

JCC debe convertirse en una entidad de contadores, para contadores y en defensa de los contadores públicos

Desde su punto de vista, tanto el CTCP, la JCC y el CGN, desde sus actuales funciones, cumplen un papel fundamental en el proceso de modernización de la profesión y unidad gremial.

Sobre el CTCP, considera que, sin desconocer los argumentos de las críticas a favor y en contra emitidas por profesionales contables, sí hay avances para mostrar. «Darle forma al articulado de la Ley 1314 de 2009 no era una tarea fácil, hoy contamos con el Decreto Único Reglamentario 2420 de 2015», resalta.

“Como punto para tener en cuenta, se podría realizar un mayor número de capacitaciones en convenio con las universidades del país”

Dice que los planes de trabajo diseñados desde el CTCP se han dado a conocer a la comunidad contable, buscando la activa participación del gremio. Como punto para tener en cuenta, se podría realizar un mayor número de capacitaciones en convenio con las universidades del país.

«La JCC merece ser repensada, dotarla de un alto grado de tecnificación con aportes investigativos. Que se convierta en una entidad de contadores públicos, para contadores públicos y en defensa de los contadores públicos, que no se quede limitada a la investigación e imposición de sanciones de aquellos profesionales que cometan conductas antiéticas», piensa.

La figura del Contador General de la Nación debe seguir existiendo. La entidad ha venido desarrollando: doctrina contable pública, catálogo general de cuentas, eventos de capacitación, proceso de consolidación de entidades del orden nacional y territorial y la elaboración del Balance General del Nación.

No es solo el actuar de la JCC, el CTCP, el CGN, y el trabajo articulado con las demás entidades estatales. La modernización y el engrandecimiento de la profesión, se consolidará con los aportes de todos los profesionales contables de a pie o vinculados a organizaciones.

«Cada día seguimos creciendo, hoy somos más de 270.000 contadores inscritos ante la JCC, que tenemos responsabilidades en los procesos de reformas y transformación que se vienen experimentando. Sin dudarlo, debemos tirar la cuerda para el mismo lado», reflexiona.

Adaptarnos para seguir generando valor

Afirma que los contadores públicos no reinventamos todos los días, con cada nueva situación que enfrentamos en el campo laboral. «La actual coyuntura ocasionada por la pandemia ha contribuido a que el profesional contable sea más proactivo, tenga mayor disposición para el uso de la tecnología», puntualiza.

Dice que la interacción persona a persona es necesaria por la importancia que revisten aspectos como la toma física de inventarios. Una auditoría financiera en las instalaciones de la empresa y con todo el personal del área contable, presenta diferencias a una auditoría realizada virtualmente.

«La situación que vivimos nos exige poder llevar a cabo nuestra labor apoyándonos en los sistemas y medios virtuales, partiendo de la normatividad vigente, realizando procedimientos que permitan acumular evidencia valida y suficiente (soportes documentales) para que el informe a presentar sea objetivo y cumpla con la finalidad solicitada», explica.

Describe que seguimos realizando labores contables, liquidación de impuestos, de auditoría, revisoría fiscal y trabajos de aseguramiento con distanciamientos físico, lo que conllevó a apropiamos de la tecnología, ponerla a nuestro servicio para contribuir al desempeño y sostenimiento de las organizaciones empresariales en estos tiempos de incertidumbre.

«Adaptarnos para seguir generando valor, siendo parte fundamental dentro del organigrama de cualquier tipo de organización empresarial, acabar con el paradigma de la teneduría de libros y cumplir a cabalidad el principio ético de competencia y actualización permanente», concluye.

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