Cuando una entidad concluye que no podrá recuperar el costo de los inventarios mediante su venta o utilización, debe reconocer el deterioro del valor por la diferencia entre el valor en libros y el precio de venta estimado, menos los costos de terminación y venta.
Cuando una entidad concluye que no podrá recuperar el costo de los inventarios mediante su venta o utilización, debe reconocer el deterioro del valor por la diferencia entre el valor en libros y el precio de venta estimado, menos los costos de terminación y venta.
Uno de los principios arraigados en la preparación y presentación de información financiera es la prudencia (párrafo 9 de la sección 2 del Estándar para Pymes). Este principio busca que el valor de los activos no se muestre sobrevalorado; la sobrevaloración de los activos e ingresos o la infravaloración de los pasivos y gastos crean distorsiones en los estados financieros y dificultan la medición de la situación o el desempeño financiero de las compañías.
En el caso de los inventarios, el párrafo 4 de la sección 13 de dicho estándar establece que las entidades deben medir sus inventarios al menor importe entre el costo y el precio de venta estimado menos los costos de terminación y venta.
Además de la disminución en el precio de venta estimado, otras circunstancias pueden generar también deterioro de valor de los inventarios, tales como la obsolescencia o la baja rotación (ver párrafo 19).
En resumidas cuentas, el primer aspecto que se debería evaluar es la probabilidad de venta, pues [pq]si la entidad concluye que los inventarios son de difícil salida o su comercialización es demasiado lenta, deberá reconocer el deterioro de valor de las mercancías[/pq].
Esta evaluación consiste en monitorear los precios estimados de venta de los inventarios, para esto la entidad debe estar segura de que podrá vender los inventarios por un precio que supera el costo y los gastos relacionados con la terminación y venta de los inventarios.
Por ejemplo, la Comercializadora Continental compró inventarios con un costo de $10.000.000; la entidad espera poder venderlos en $25.000.000, y pagará una comisión a sus vendedores equivalente al 3 % del precio de venta. Al cierre del año, la entidad no había vendido aún el inventario y estima que el precio de venta apenas alcanzará $9.500.000.
La entidad debe reconocer el deterioro de valor de la siguiente forma:
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Precio estimado de venta |
$9.500.000 |
(-) Comisión vendedor (3 %) |
$285.000 |
Precio estimado de venta menos costo de venta |
$9.215.000 |
Valor en libros |
$10.000.000 |
Deterioro de valor |
$785.000 |
Otra causal de deterioro es la obsolescencia técnica, de mercado, o por cualquier otra causa. Si la rotación de los inventarios es anormalmente baja, la entidad debe evaluar si realmente tiene expectativas de venta de las mercancías y [pq]en el caso de que la entidad concluya que la expectativa de venta es baja, o la rotación es demasiado lenta, debe considerar reconocer el deterioro de los inventarios[/pq]; por ejemplo, la entidad puede establecer que se deteriora cualquier inventario cuya expectativa de venta sea en un plazo superior a dos años.
Suponga que la entidad tiene en existencias 10 unidades del producto A.
Las ventas de este producto son muy bajas, tanto que en los últimos dos años solamente se han vendido 4 unidades. La entidad concluye que en los dos años siguientes, la expectativa es vender otras cuatro unidades, por lo que procede a reconocer el deterioro del valor de las otras 6 unidades.
Si la entidad logra vender los inventarios después de haber sido deteriorados, debe reconocer entonces un ingreso por ventas de mercancía deteriorada.
La gerencia no puede decidir si deteriora o no una partida de sus estados financieros. Si las evidencias conducen a concluir que el valor en libros de un activo no podrá recuperarse, la entidad está en la obligación de reconocer el deterioro del valor del activo.
El hecho de quedar en causal de disolución, perder la oportunidad de participar en licitaciones o recibir créditos bancarios, no son motivos válidos para que una entidad oculte el deterioro del valor de algún activo. Por el contrario, si la entidad oculta el deterioro del valor, o trata de sobreestimar sus activos e ingresos o de subestimar sus pasivos y gastos con el fin de no incurrir en causal de disolución, obtener préstamos bancarios, o participar en licitaciones, estaría cometiendo un fraude en sus estados financieros.
CP. Juan David Maya Herrera
Consultor de Estándares Internacionales de Información Financiera
Certificación Internacional por el ICAEW en IFRS Full (NIIF Plenas)
*Exclusivo para Actualícese