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Con la ley de licores se modifican los impuestos al consumo de licores destilados, vinos, aperitivos y bebidas similares, estableciendo reglas sobre cómo se introducen y producen licores en los departamentos, al tiempo que brinda mayor equidad para los productores nacionales.
Hace una semana el Senado de la República aprobó el Proyecto de Ley de Licores, que pasará a conciliación y luego a firma presidencial para convertirse en Ley de la República. Desde el punto de vista del Gobierno Nacional, la ley permitirá que los impuestos y participaciones que reciben los departamentos por el consumo de licores, vinos y aperitivos genere más recursos para los sectores salud, educación y deporte.
Mauricio Cárdenas, ministro de Hacienda, ha manifestado al respecto que “estos impuestos van ayudar a todos los padres de familia a disuadir el consumo de licores en los jóvenes, porque Colombia es el país con mayor nivel de alcoholismo juvenil de América Latina, así que se encarecen los licores y se reduce su consumo. Una buena noticia para todos los padres de familia”.
La ley modifica los impuestos al consumo de licores destilados, vinos, aperitivos y bebidas similares estableciendo reglas claras sobre cómo se introducen y producen licores en los departamentos al mismo tiempo que brinda mayor equidad para los productores nacionales.
“Los departamentos de Colombia van a recibir más recursos para dedicarlos a la educación, la salud y el deporte y vamos a corregir un error histórico; que los productos nacionales en muchas ocasiones pagaban proporcionalmente más impuestos que los licores importados, ahora con un impuesto sobre el valor de los licores, el producto que vale más paga más impuesto”, resaltó Cárdenas.
María Claudia Lacouture, ministra de Comercio, Industria y Turismo, explicó que la ley refuerza el monopolio de los departamentos. “Serán estos quienes, a través de permisos, autorizarán la introducción de licores de otros departamentos o licores importados y por medio de contratos de oferta pública, permitiráan la producción de terceros en su territorio, en caso tal que decidan no hacerlo directamente”, aclaró.
La actual legislación no fija normas claras a la hora de otorgar permisos de introducción de los licores producidos en unos departamentos para su comercialización en otros, lo que afecta también al recaudo del impuesto. Con este proyecto se busca implementar reglas del juego claras y estables, aumentar las rentas departamentales para financiar la salud y proporcionar herramientas para la lucha contra el contrabando y la adulteración.
Según el Régimen de Impuestos de Licores aprobado, la carga tributaria para productos destilados nacionales e importados se igualó en $220 por grado de alcohol y estableció un impuesto al consumo con tres componentes:
Esta modificación a los criterios para fijar la tarifa del impuesto al consumo de licores, implica que los licores más costosos pagarán un mayor tributo.
Cálculos del Ministerio de Hacienda indican que, gracias a esta ley, las arcas departamentales podrían incrementar su caudal en cerca de $270.000 millones. Sin la reforma, se estima que, el próximo año, los departamentos reciban por impuestos a los licores $1,46 billones, pero con el ajuste estos recursos aumentarían en un 20%, es decir, pasarían a cerca de $1,73 billones.
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