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Parafiscales bloquearían Nóminas Ficticias


Actualizado: 13 marzo, 2009 (hace 15 años)

La crisis las tiene en el banquillo de los acusados y esta vez son más radicales las posiciones a favor y en contra.

Esas contribuciones superan los 5,6 billones de pesos anuales (9 por ciento de las nóminas: 2 por ciento para el Sena, y 3 y 4 por ciento para el Icbf y las cajas, respectivamente). Algunos economistas consideran que semejante costo frena la creación de empleos y estimula la informalidad laboral y empresarial. Y proponen su eliminación o reducción porque lo consideran una carga para los empresarios. Su eventual desaparición podría estimular la generación de puestos de trabajo formales, tan necesarios en estos momentos de desaceleración de la economía internacional.

No hay que olvidar que en Colombia la desocupación aumentó 0,7 puntos en diciembre hasta llegar a 10,6 por ciento (2,1 millones de desempleados). En el periodo septiembre-noviembre de 2008, último periodo para el cual se dispone de información del Dane, en las 13 áreas metropolitanas investigadas el 57,6 por ciento de la población ocupada fue clasificada como informal, lo que equivale a cinco millones de trabajadores.

El ex ministro de Hacienda e investigador de Fedesarrollo Guillermo Perry plantea reducir los parafiscales a la mitad y financiar a las entidades beneficiarias con el aumento de un punto en el IVA para amortiguar el efecto que tendrá la desaceleración de la economía sobre el desempleo y la informalidad.

La postura de Fedesarrollo coincide con la del presidente de Anif, Sergio Clavijo, quien de tiempo atrás ha venido abogando por el desmonte de la parafiscalidad para impulsar el empleo formal sin que ello signifique dejar sin recursos al Sena, al Icbf y a las cajas de compensación.

De ‘infames’ califica a los parafiscales el director del Instituto Libertad y Progreso, Andrés Mejía. Según dice, «Son impuestos que se cobran a la generación de empleo», y no vacila en pedir su eliminación. En especial, si se tiene en cuenta que la crisis internacional cada día es más severa y tiene evidentes efectos negativos sobre el empleo.

Mauricio Santamaría, director adjunto de Fedesarrollo, asegura que los parafiscales sí causan desempleo e informalidad y considera que la recuperación de la economía, además de una dosis de déficit fiscal como política anticíclica, pasa por la desaparición de dichos aportes empresariales y reemplazarlos con otro impuesto, que puede ser el IVA. Sin embargo, lanza una propuesta con ‘pinta’ conciliadora: suspenderlos temporalmente, mientras pasa la tormenta, para después emprender una serena pero rigurosa discusión sobre el tema.

No obstante, ni antes ni ahora, y quizás ni después, es fácil que se adopte una medida defendible con argumentos técnicos pero poco viable por sus costos políticos. El Gobierno no está dispuesto a darse el lapo de siquiera abrir el debate sobre un eventual desmonte de los aportes parafiscales, los cuales «no pueden desaparecer», según la sentencia del ministro de la Protección Social, Diego Palacio, quien enfatiza que ninguno de los estudios hechos en el país «aporta evidencia clara de que una reducción de los parafiscales conduciría a un mayor empleo o a una mayor formalización».

El ministro Palacio cita un estudio del investigador Hugo López en el que señala que una reducción de los parafiscales no tendría impacto significativo en el empleo nacional. Si los sectores productivos no requieren la mano de obra, agrega el Ministro, no la van a contratar así se les pague para ello.

En un ambiente de desaceleración se requieren medidas más imaginativas para evitar la destrucción de empleos y estimular la generación de puestos de trabajo. «Pueden quitar los parafiscales y no se soluciona nada», comenta el director del Observatorio Laboral y de la Seguridad Social del Externado, Stefano Farné, no obstante que coincide con otros investigadores en que el trabajo está muy gravado. Para Farné, por justicia tributaria, el presupuesto nacional debería financiar al Icbf porque no es lógico que el bienestar de los niños solo lo paguen las empresas formales porque es una obligación de toda la sociedad. Respecto a las cajas de compensación, señala que podrían ser reestructuradas, y en cuanto al Sena, pensar en otra modalidad de financiación.

El presidente de Asocajas, Álvaro José Cobo, argumenta que la parafiscalidad es el aporte del 4 por ciento a las cajas, una parte del cual llega en dinero a los trabajadores de bajos ingresos (en el 2008 se entregaron 810.000 millones de pesos; el 81 por ciento de los beneficiarios ganaban menos de dos salarios mínimos), además de los servicios de educación, salud, recreación, entre otros.

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