Un 10 % de las empresas encuestadas por KPMG presentaron más de 10 hechos de fraude dentro de la organización entre 2014 y 2015. El 79 % de los directivos afirman tener un alto grado de conocimiento sobre las situaciones irregulares que se presentaron y el 89 % reconoce quién es el culpable.
Un 10 % de las empresas encuestadas por KPMG presentaron más de 10 hechos de fraude dentro de la organización entre 2014 y 2015. El 79 % de los directivos afirman tener un alto grado de conocimiento sobre las situaciones irregulares que se presentaron y el 89 % reconoce quién es el culpable.
KPMG presentó los resultados de su Encuesta de Fraude en Colombia 2017 (efectuada a partir de datos de actividades entre el 2014 y 2015), la cual se realizó a 144 directivos de empresas que operan en Colombia. Estas empresas, en su mayoría, pertenecen a la industria de bancos y servicios financieros. También participaron empresas de energía, seguros, agricultura, construcción, transporte, comunicaciones, entre otras.
Por otra parte, la encuesta fue contestada por gerentes, presidentes y directores, entre otros cargos. Las áreas en las que se desempeñan los encuestados dentro de la organización son principalmente la dirección general, finanzas/administración, auditoría, entre otras. De los 144 directivos encuestados, el 79 % aseguró tener un alto grado de conocimiento sobre situaciones irregulares que se pudieron presentar en la organización en los últimos dos años.
Según la encuesta más de la mitad de las organizaciones encuestadas experimentaron algún tipo de evento de fraude entre 2014 y 2015. En términos generales, el número de eventos de fraude sufridos en Colombia por las organizaciones continúa siendo muy relevante, concretamente un 10 % de las empresas encuestadas han presentado más de 10 de situaciones de fraude dentro de la organización en el período entre estos dos años.
En los casos en que se presentó la irregularidad, el control interno fue el medio principal por el que se detectó el evento (60 %), seguido de los mecanismos de denuncia (22 %). Con lo anterior, concluye el informe de KPMG, que el control interno y los mecanismos de denuncia son áreas claves a la hora de prevenir y detectar eventos fraude.
Según el 62 % de los encuestados, el tiempo transcurrido entre el inicio de la conducta y la detección del evento va de uno a seis meses. Asimismo, el 89 % asegura haber identificado al responsable o responsables.
Los resultados anteriores son reflejo del continuo esfuerzo que vienen realizando las organizaciones en la pronta detección e investigación de los eventos de fraude. En términos financieros, el 45 % de las empresas en Colombia logró cuantificar el monto defraudado por valor de hasta USD 10.000. Sin embargo, en el 11 % de los casos no se pudo cuantificar el monto. Cabe resaltar, que a pesar de los esfuerzos que han venido realizando las organizaciones, todavía existe una brecha en los procesos de investigación de los eventos fraude.
El informe de KPMG describe que las organizaciones pueden verse afectadas por diferentes tipos de fraude que se pueden dar, en mayor o menor medida, dependiendo del sector en el que opera la organización. Las diferentes formas que pueden adoptar esta clase de ilícitos tienen características y consecuencias distintas, por lo que requieren métodos de prevención y detección adaptados a cada una de ellas.
Frente al área donde se presentan las anteriores modalidades de fraude, el informe de KPMG describe:
El 53 % de los encuestados afirma que la oportunidad es el principal motivo que impulsa al perpetrador en el evento de fraude, respecto a un 27 % que señala la ambición y codicia como el principal motivo. El 18 % dice que hay fraude por problemas económicos, el 13 % por presión por alcanzar los objetivos.
Al identificar las causas que permitieron que ocurriera el delito, en primer lugar, aparece la falta en los controles internos/supervisión (46 %) y la debilidad en la cultura ética (15 %). Respecto a las consecuencias, el 36 % identificó como el principal efecto, daños en la moral del personal. No obstante, el 29 % indicó que no tiene conocimiento de los efectos negativos ocasionados. Es decir, las empresas no suelen ser conscientes de la repercusión real de los eventos de fraude, teniendo en cuenta que las pérdidas económicas son tan solo una parte de las consecuencias totales ocasionadas.