Cuando se plantea una relación entre el auditor y la empresa auditada se debe determinar de manera clara el objetivo de cada una de las comunicaciones que se establezcan entre las partes. Al quedar claro el objetivo, las partes se encontrarán mejor situadas para entender mutuamente los asuntos relevantes y las acciones que se deriven.
Cuando se plantea una relación entre el auditor y la empresa auditada se debe determinar de manera clara el objetivo de cada una de las comunicaciones que se establezcan entre las partes. Al quedar claro el objetivo, las partes se encontrarán mejor situadas para entender mutuamente los asuntos relevantes y las acciones que se deriven.
El alcance, momento de realización y contenido general del plan de auditoría son puntos a tener en cuenta en medio de la comunicación que debe mantener el auditor con la empresa auditada. Lo anterior con el objetivo de que se generen canales de comunicación para que se cumplan los objetivos y así exista colaboración por parte de la empresa para que se facilite toda la información.
La característica fundamental para mantener una adecuada relación es determinar de manera clara cuál es el objetivo de cada una de las comunicaciones que se establezcan entre las partes, en consideración de que es importante que la empresa entienda el sentido de la comunicación y el auditor evalúe las condiciones de la respuesta frente al objetivo.
Cuando el objetivo quede claro, el auditor y los responsables de la gerencia de la compañía estarán mejor situados para tener un entendimiento mutuo de los asuntos relevantes y de las acciones que se deriven del proceso de comunicación.
El auditor debe establecer canales de comunicación recíproca y efectiva, para que los responsables del Gobierno de la entidad comuniquen aquellas cuestiones que consideren relevantes para la auditoría.
El proceso de comunicación variará según las circunstancias; entre estas la dimensión y estructura de la organización, el modo en el cual los responsables de la gerencia actúan y la opinión del auditor sobre la significatividad de las cuestiones a comunicar.
La existencia de alguna dificultad para establecer una comunicación recíproca entre el auditor y los responsables administrativos y gerenciales de la entidad, puede indicar que esta no es adecuada para los fines de la auditoría.