Para el BID es necesario aumentar la tasa del IVA, la nominal y la efectiva, examinando la racionalidad de las exenciones y tasas reducidas.
El impuesto de renta sumado a las contribuciones de la seguridad social podría ejercer presión sobre el ingreso que afecte el recaudo y el empleo formal.
Para el BID es necesario aumentar la tasa del IVA, la nominal y la efectiva, examinando la racionalidad de las exenciones y tasas reducidas.
El impuesto de renta sumado a las contribuciones de la seguridad social podría ejercer presión sobre el recaudo y el empleo formal.
Debido a la crisis causada por el COVID-19, los países han venido adoptando medidas para mitigar la situación y que sus consecuencias no se alarguen en el tiempo.
Algunas supondrán un aumento en los gastos del sector salud y transferencias a los sectores vulnerables que, unido a la lógica caída de los ingresos, generarán mayores déficits públicos.
A corto plazo, estos déficits se financiarán con una expansión de la deuda, pero tras la fase de reactivación llegará en muchos casos la hora de la política tributaria.
El Banco Interamericano de Desarrollo –BID–, en el artículo Ideas para una mejor tributación en la post-crisis del COVID-19, publicado en su blog el 23 de abril de 2020, recomienda que las medidas que se adopten al respecto deben guiarse por cuatro lineamientos:
«Estos cuatro ejes entrañan un difícil equilibrio, pero los ajustes serán una oportunidad para lograr una más eficiente y equitativa tributación de la región», indica el BID.
Sobre el IVA, el BID recomienda que, dado su potencial recaudatorio, en aquellos países donde aún existe margen, será necesario aumentar su tasa, no solo la nominal, sino también la efectiva, examinando la racionalidad de las exenciones y tasas reducidas.
«Dada la regresividad de este impuesto, es deseable que una medida así vaya acompañada de un resarcimiento a los hogares más pobres, no mediante nuevas exenciones o tasas reducidas, sino con transferencias focalizadas que compensen por el alza del tributo», indica el BID.
Para implementarlas, se requiere un registro fiable de beneficiarios, que genera otro importante valor añadido: el conocimiento de los grupos vulnerables, que facilita la adopción de medidas de carácter social más eficaces.
Inclusive, la mayor recaudación del IVA podría financiar una reducción de las cargas a la seguridad social, fomentando el empleo.
«Por otro lado, la necesidad de obtener ingresos hace urgente implementar el IVA a los bienes y servicios comercializados por vía digital. Una de las consecuencias de las medidas de cuarentena ha sido el crecimiento del consumo vía plataformas digitales, que en algunos países aún no está gravado o, al menos, no en la medida deseable», recomienda el BID.
Esto no solo tiene un impacto negativo en la recaudación, sino que además está creando una fuerte competencia desleal con los sectores tradicionales, en especial en contra de las pequeñas empresas, precisamente las más castigadas por la crisis.
Dada la precaria situación en que van a quedar muchas empresas, indica el BID, una opción sería aumentar las tasas sobre los rendimientos de capital en aquellos casos donde este impuesto está semidualizado, es decir, sobre las rentas “pasivas” de capital.
«Además, aumentar las tasas sobre las retribuciones al capital en el impuesto semi-dualizado incentivaría la reinversión en circuito empresarial», se indica en el blog.
Por otro lado, es probable que en algunos países este tributo, sumado a las contribuciones a la seguridad social, ejerza una presión sobre el ingreso disponible que afecte al ahorro nacional y al empleo formal.
Finalmente, la sobretasa COVID-19 a las retribuciones y pensiones estatales debe ser una solución circunstancial. Actualizar los regímenes de remuneraciones, por ejemplo, mediante el método de “escala de salarios centralizada”, es más equitativo y eficiente.
Finalmente, este es un buen momento para revisar la racionalidad de los regímenes de incentivos, que también deberían aportar en la emergencia, y evitar los precios de transferencia internos por los que se traspasa artificialmente la utilidad a las zonas bonificadas mediante transacciones interempresariales.