Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
El microcrédito es un producto financiero enfocado a la financiación del emprendimiento; no obstante, es importante evaluar los posibles efectos negativos, de modo que se cuenten con los criterios para tomar una decisión acertada que no afecte la estabilidad financiera del microempresario.
El microcrédito es una figura creada a fin de facilitar el acceso a las posibilidades de financiamiento, específicamente para microempresarios, quienes requieren de instrumentos de inversión que no pueden ser subsidiados por los recursos propios del emprendedor.
En un editorial anterior se resaltaron las ventajas que perciben los usuarios de los microcréditos; si bien no se pretende desconocer la utilidad de este recurso financiero, es importante entregar la información completa a fin de que se pueda contar con criterios amplios y suficientes para determinar la conveniencia de tomar un microcrédito.
Todos los productos financieros tienen un costo y el caso de los microcréditos no es la excepción; es decir que los microempresarios que planeen adquirir un microcrédito deben evaluar la capacidad de pago y la disposición de ingresos para asumir los costos que se derivan de dicho producto financiero. Es de resaltar que a los microcréditos, por el nivel de riesgo al que se exponen las entidades financieras, se asignan unos intereses superiores a los créditos de consumo u otras modalidades de financiación.
Cabe señalar que el objetivo principal de los microcréditos es apoyar financieramente las operaciones económicas de los microempresarios, a fin de incentivar los proyectos de emprendimiento y garantizar la sostenibilidad y permanencia de las microempresas. No obstante, algunos tomadores del microcrédito realizan un uso inadecuado de los recursos y no utilizan el dinero para asegurar la producción de renta que permita el cubrimiento de la obligación.
Generalmente los microcréditos están representados en montos bajos, los cuales no cubren en su totalidad la necesidad que pretende cubrir el microempresario; esta situación lo lleva a adquirir diferentes productos para el cubrimiento total de la necesidad, lo que significa que se asumen diferentes costos. Igualmente es de considerar que en muchas ocasiones la financiación restante se obtiene por medios informales, los cuales representan un alto costo para los microempresarios y afectan la capacidad de pago, sostenibilidad y liquidez financiera del emprendedor.
Las personas que no han adquirido experiencia en el sector financiero y se encuentran en búsqueda de una alternativa que les permita el acceso al mundo crediticio, ven en el microcrédito una opción oportuna y rápida de ingresar en la base de las entidades financieras; de esta manera pretenden obtener los registros y calificaciones que les permitirán a futuro adquirir un producto en el que se obtenga una mayor financiación. Sin embargo, al momento de asumir el microcrédito como una alternativa para iniciar la vida crediticia es fundamental evaluar los costos, teniendo en cuenta que este producto tiene unas tasas superiores a otros que pueden resultar más cómodos para aquellos usuarios que desean iniciar la vida crediticia.
Fundada en el año 2000 con la misión de “elevar el nivel profesional del Contador Público”
