Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Horacio Ayala, exdirector de la DIAN, afirma que pese a que el Gobierno en este punto del año ha recaudado el 52% de la meta, no logrará el objetivo. Y aunque en este segundo semestre los contribuyentes pagarán el impuesto de renta, no será suficiente, por lo que la economía tendría que repuntar.
El crecimiento económico en Colombia es como una montaña rusa: sube y baja. Diversos porcentajes se manejan por parte de firmas, entidades y el mismo Gobierno. Por ejemplo, desde el Gobierno y de la mano del Marco fiscal de mediano plazo –MFMP–, se había estimado un crecimiento económico del 2,3% para este año, pero las cosas cambiaron cuando el Fondo Monetario Internacional reveló sus proyecciones, y desde el Ministerio de Hacienda el pronóstico bajó al 2%.
En cuanto a lo que tiene que ver con el recaudo tributario, por cuenta de la reforma tributaria el Gobierno espera que se logre una meta de recaudo neto de $130 billones y $142 billones para el recaudo bruto.
Según el diario El País, durante los primeros seis meses el Gobierno ya se ha asegurado el 56% de la meta de recaudo de todo el año; de igual forma, según las proyecciones del Marco fiscal de mediano plazo, los recursos esperados por recaudo tributario, descontados los pagos con papeles y devoluciones en efectivo, alcanzarán un valor de $130,4 billones de pesos (14,2% del PIB) al final del año, lo que representa un incremento nominal del orden de 11,2 % respecto al cierre de 2016.
Por otra parte, al cierre del año se espera una caída en el recaudo por concepto de impuesto a la renta y CREE de 0,2 puntos porcentuales del PIB, al pasar de 54,3 billones de pesos (6,3% del PIB) en 2016 a 56,1 billones (6,1% del PIB) en 2017.
Frente a este tema, Horacio Ayala, exdirector de la DIAN, dice que «a pesar de que se haya recaudado el 52% de la meta, es decir, $74 billones, no creo que el Gobierno logre cumplir con este fin».
Desde su punto de vista, y aunque durante este segundo semestre del año se pagará el impuesto de renta a personas naturales, no cree que este sea suficiente. «Por lo anterior tendría que haber un repunte de la economía para que por medio de IVA y el 4 x 1.000 se logren los $68 billones que faltan».
Sobre la posibilidad de que las calificadoras de riesgo disminuyan la calificación del país, Ayala afirma que «aunque recientemente hemos visto algunos datos positivos, como el de empleo, que dan esperanza de que en el segundo semestre podría haber un repunte de la economía, en lo personal no creo que nos rebajen la calificación».
En su informe, Ayala también resalta la estrategia del Gobierno alrededor del tema de la normalización de activos:
«El gobierno entregó buenos resultados. El éxito estuvo en la oportunidad, ya que coincidió con el momento en que muchos países muestran preocupación por la fuga de ingresos fiscales, lo que se traduce en esfuerzos para lograr acuerdos sobre intercambio de información, impulsados por el escándalo de los Panamá Papers y los episodios de sustracción y difusión de información reservada, que, en alguna medida, ha caído en manos de las autoridades fiscales», explica.
El exdirector de la DIAN dice que para el fisco colombiano fue un buen negocio porque el recaudo de 13% sobre los patrimonios omitidos o los pasivos inexistentes es sustancialmente mayor de lo que habrían generado por impuesto a la riqueza, o por renta presuntiva.
«Asumiendo, claro está, que no se trata de rentas omitidas en Colombia, sino de patrimonios no declarados, por desconocimiento o por razones de seguridad, que también los hay. Para los declarantes, el precio por conciliar el sueño tampoco ha sido muy alto», explica Ayala.
Sobre la reforma tributaria estructural, Ayala dice que era de esperarse que el Gobierno echara para atrás medidas que lo iban a afectar. «Aquí hay que hablar de la reducción del impuesto a los dividendos, los cambios relacionados con las limitaciones de exenciones y las bebidas azucaradas”, agrega. Y es que, desde el punto de vista del exdirector de la DIAN, no se puede hablar de una reforma estructural. «Pienso que fue otra vez un paquete de ajustes», concluye.
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