Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Los contratos de obra o labor constan de una duración definida pero incierta, pues estos, como su nombre lo indica, durarán hasta que sea culminada la labor contratada, por lo que no se tiene una fecha exacta o precisa de cuándo finalizarán.
Estos contratos se encuentran regulados a través del artículo 45 del Código Sustantivo del Trabajo, el cual estima los tiempos de duración de los mismos. Al respecto, cabe señalar que en los contratos de obra o labor lo importante no es el término, ya que no se tiene cómo determinar la duración de este, sino el objeto, es decir, qué labor se va a realizar. No es posible saber con certeza cuándo va a terminar, pero sí cuándo dicho contrato va a iniciar y, por lo tanto, en caso de no saber si, por ejemplo, el contrato se va a terminar en 15, 30 o 90 días, es imposible calcular la entrega del preaviso, atendiendo a lo establecido en la legislación laboral, en lo concerniente a lo estipulado para contratos a término fijo.
Similar situación se presenta en los contratos a término indefinido, para los cuales no existe la figura del preaviso debido a la misma razón, ocasionando incertidumbre, que se presenta al no poderse determinar la duración del mismo. Sin embargo, con la anterior analogía no debe entenderse que el contrato de obra o labor posee la calidad de un contrato a término indefinido, pues solo tienen una similar característica: en ninguno de los dos se sabe el término de duración de la obra.
Fundada en el año 2000 con la misión de “elevar el nivel profesional del Contador Público”
