Un reciente estudio de la firma EY indica que la mayoría de las empresas del sector invierten o utilizan la tecnología para explotar los productos, pero no para hacer eficiente toda su operación. Las soluciones digitales tienen que ser parte del nuevo enfoque a corto y largo plazo.
Las empresas del sector petróleo y gas deberían adoptar procesos de digitalización en sus áreas de operación para sobrellevar la coyuntura mundial del sector, según el estudio “Digital Oil” de la firma EY.
La sobreoferta es responsable del cambio en el mercado global y ha producido los precios más bajos en la historia del crudo y del gas, pocas veces antes vistos, que a su vez ha llevado a las compañías del sector a concentrarse en el capital y en la eficiencia operativa, es decir, reducir costos.
Para mejorar la respuesta a las señales del mercado y maximizar la eficiencia, las soluciones digitales tienen que ser parte del nuevo enfoque a corto y largo plazo.
Ahora bien, ¿cómo pueden las empresas justificar la inversión en un momento en que necesitan ser extremadamente selectivas en su gasto? La respuesta a ese interrogante es, analizar los procesos actuales con el fin de identificar opciones viables para implementar tecnologías digitales en áreas donde se generan eficiencias directas en el corto plazo: estos proyectos pueden ser de reducción de los procesos actuales para generación o procesamiento de información, o de implementación de tecnologías que permitan tener información en línea con la que antes no se contaba y que permitirán tomar decisiones de negocio oportunas.
Hasta ahora, en el país existía un conocimiento limitado sobre Digital Oilfield –DOF–, y se han hecho aproximaciones aisladas con bajo impacto en los resultados del negocio. Actualmente el tema de DOF está en la agenda de muchas de las empresas, que se encuentran en proceso de definir un camino claro de implementación.
Hasta hoy la industria de petróleo y gas ha centrado su desarrollo tecnológico especialmente en el subsuelo: encontrar el producto y sacarlo lo mejor posible, pero cuando se trata de aplicar tecnologías a las operaciones comerciales se ha quedado corta, menciona la investigación de EY.
En la mayoría de las compañías es fácil encontrar que las operaciones de negocio aún emplean medios anticuados para el ingreso de datos e información, muchas de ellas han reducido su mano de obra, sus presupuestos y han empujado a sus proveedores a la disminución de costos; no obstante, se empiezan a preguntar por los modelos operativos y cómo pueden cambiar para sobrevivir.
Con el apalancamiento en el internet a nivel industrial ahora existe la infraestructura para obtener, procesar, recopilar y analizar grandes volúmenes de datos que sale de las máquinas, el cual permite tomar mejores decisiones, y mayor rapidez y eficiencia en toda la organización.
En relación con el tema del impacto digital sobre el fortalecimiento de la estructura financiera de las empresas, Yonson Velandia Alvarado, Partner Advisory Oil & Gas explica que:
“Decisiones operacionales mejores y más rápidas conducen a una mayor utilización de los activos, a la reducción de los costos de operación y a una mayor eficiencia. La tecnología digital actual hace factible lo que en EY, llamamos la «compresión de procesos». Las inversiones digitales que se han realizado han tenido como foco una solución de software específica, sin embargo, estas soluciones deben ser abordadas como un programa con mayor dimensión aprovechando las tecnologías disponibles (…) Anteriormente, un proyecto de esta naturaleza debía comenzar por inversiones preliminares considerables para poder centralizar la información, que en muchos casos inviabilizaban los proyectos. Hoy en día el paradigma ha cambiado y nuevas tecnologías como IoT, Big data, sistemas en la nube, y herramientas analíticas, los costos y han disminuido significativamente y los proyectos son más prácticos y realizables”.
La compresión de procesos reúne tres capacidades digitales fundamentales: activos inteligentes, procesos sin papel y análisis de datos, todo ello en un entorno seguro. Basándose en la complejidad de los procesos del sector, las partes interesadas y el impacto de la normalización y automatización en los costos operacionales, EY recomienda cinco áreas de compresión del proceso:
Por supuesto, a medida que la digitalización aumenta, también preocupa la seguridad cibernética. EY ha identificado que las respuestas de las organizaciones a la ciberdelincuencia se dividen en: activar, adaptar y anticipar, en tanto que el objetivo debe ser implementar medidas de ciberseguridad cada vez más avanzadas en cada etapa.
“Hay que tener en cuenta que estas ofertas no son «una solución única para todos” pero si son soluciones ágiles y escalables a la medida para cada empresa, sin importar su tamaño u objetivos de negocio a largo plazo, pero las empresas deben acercarse a lo digital pronto para poder hacer una transición adecuada”, concluye Velandia Alvarado.
* Con información de EY.