La sección 4 del Estándar para Pymes brinda dos opciones para la presentación del estado de situación financiera: la primera, clasificar las partidas entre corrientes y no corrientes; y la segunda, ordenarlas de acuerdo con su grado de liquidez. Explicamos cuándo resulta más conveniente cada opción.
La sección 4 del Estándar para Pymes brinda dos opciones para la presentación del estado de situación financiera: la primera, clasificar las partidas entre corrientes y no corrientes; y la segunda, ordenarlas de acuerdo con su grado de liquidez. Explicamos cuándo resulta más conveniente cada opción.
A continuación, daremos respuesta a la siguiente inquietud: ¿En qué casos es necesario hacer la distinción entre activos corrientes y no corrientes?
Para resolver esta pregunta iniciamos mencionando que la sección 4 del Estándar para Pymes incluye los requerimientos para la presentación del estado de situación financiera. Específicamente, el párrafo 4.4 señala que las partidas deben presentarse en categorías separadas de activos y pasivos corrientes y no corrientes, excepto cuando una presentación por grado de liquidez sea más relevante para los usuarios de los estados financieros.
En el siguiente video, Juan David Maya resalta los casos en los cuales una opción es más conveniente que otra:
Pues bien, de acuerdo con nuestro investigador, en algunas empresas es más útil una presentación de liquidez, debido al tipo de actividad al que se dedican. Por ejemplo, los bancos y las aseguradoras tienen una gran cantidad de activos financieros y no tienen un gran volumen de activos a largo plazo. Si su negocio se basa en obtener recursos y colocarlos, es más pertinente para los usuarios de sus estados financieros que las partidas se ordenen de acuerdo con el grado en el que esperan realizarlos, es decir, por su grado de liquidez.
Con lo anterior tenemos que la distinción entre partidas corrientes y no corrientes es más útil en empresas que poseen activos de largo plazo. Dentro de esta categoría caben, por ejemplo, las empresas manufactureras que invierten gran parte de sus recursos en propiedades, planta y equipo para realizar su producción.