Felipe Jánica, socio director del área de Servicios de Consultoría en Contabilidad Financiera en EY Colombia, Director del Comité Técnico de la firma en temas US GAAP e IFRS, dice que Colombia cuenta con una economía caracterizada por la apertura de mercados, lo que hace que las compañías lleguen a niveles de Estándares Internacionales. Entrevista.
Felipe Jánica, con una experiencia profesional de más de 19 años en entidades industriales y de servicios, manufacturero, minero, en Colombia, Estados Unidos, Panamá, Ecuador, Perú y Brasil, cuenta con la acreditación internacional otorgada por la firma EY sobre IFRS, es miembro del equipo global de IFRS con sedes en Londres y Nueva York, afirma que uno de los desafíos para las microempresas al converger hacia Normas Internacionales es adaptar los Estándares Internacionales a las transacciones que realmente desarrollan las compañías y ajustar, a estos, sus políticas contables.
Es inexorable que el Código de Ética de los profesionales haya que revisarlo a fondo. Y si estamos hablando de una internacionalización del reporte financiero, se debe hablar de la internacionalización de las Normas de Aseguramiento y de los Códigos de Ética que rigen al Contador Público. La aplicación de los Estándares Internacionales hay que verla con buenos ojos ya que ayudan a dignificar la profesión.
En Colombia estamos frente a una economía donde hay apertura de mercados, lo que hace que las compañías lleguen a niveles de Estándares Internacionales. Las Pymes deben aplicar este ‘paquete’ de normas, lo que significa un reto porque no solo deben lidiar con un reporte diferente del que venían haciendo, sino que deberán preparar un reporte financiero que dé cuenta de la aplicación de dichos Estándares Internacionales.
Al no existir en Colombia suficiente ilustración en materia técnica sobre lo anterior, las compañías deberán capacitar a su personal, para que realmente comprenda, de fondo, los cambios que traen los Estándares Internacionales. Y esto se traduce tanto en costos como en contratación de asesores, que realmente conozcan el negocio y la industria en la cual opera cada empresa.
Hay un costo oculto en este proceso, como es el costo de las personas. Habrá una inversión en tiempo, de toda la organización volcada a un proceso de cambio, que normalmente no se tiene en cuenta. Las compañías deben prepararse bien. Las superintendencias deben asesorar y supervisar a las empresas para que le saquen mayores beneficios a este tema.
Hay que llamar la atención sobre el proceso que se ha venido realizando en Colombia. Cabe recordar que el Código de Comercio no se ha modificado durante más de 40 años, y es necesario hacerlo. Esta norma que habla sobre la disminución del capital por debajo del 50% y que puede llevar a la compañía a la disolución, es una norma mercantil y no contable.
Lo anterior significa que debe existir perfecta armonía entre la convergencia contable internacional que se está aplicando en Colombia y la convergencia mercantil aplicable en nuestro país. Hay muchas normas que no solamente aplican en esta inquietud, sino que hay otras, que necesariamente deben ser tratadas en esta convergencia contable.
El proceso de convergencia traerá algunos cambios significativos en el Estado de Situación Financiera de Apertura donde se afectará el patrimonio. En unos podrá disminuir, en otros aumentar. Claramente estamos frente a una problemática donde los reguladores en Colombia lo están enfrentando.
Entiendo que las Superintendencias están decididas a acompañar el proceso de convergencia hacia las Normas Internacionales. No conozco, de primera mano, cuáles han sido los avances tecnológicos, pero los profesionales que están supervisando hacen un trabajo positivo de la mano con la academia. La Superintendencia de Sociedades, quien supervisará las empresas del Grupo 2, lo viene abanderando muy bien, de forma interna como socializando el proceso.
Claramente, los Estándares Internacionales no son reglas, sino que se tratan de principios que generan juicio profesional. Dicho juicio es arma de doble filo. No se puede pretender que una empresa prestadora de servicios petroleros presente las mismas alternativas contables de una compañía manufacturera. Hay una diversidad de transacciones que claramente están dirigidas hacia la industria.
Estas compañías deberán adaptar sus políticas contables para que den respuesta a las necesidades de sus transacciones propias. Por lo tanto, uno de los desafíos para las microempresas al hacer una convergencia a Normas Internacionales, es precisamente adaptar los Estándares Internacionales a las transacciones que realmente desarrollan las compañías y ajustar sus políticas contables a esos Estándares Internacionales.