Que en su empresa no entren en pánico por la aplicación de la NIIF 9 y la NIIF 15

Katherine Patiño, coordinadora de Normas Internacionales de BKF International SA, y Wilson Romero, socio de auditoría en KPMG, intercambian opiniones en Actualícese sobre lo que deben hacer las empresas para implementar correctamente las NIIF 9 y 15, capacitación de personal y el papel de la alta gerencia.

Como ya lo hemos comentado en editoriales anteriores, desde el 1 de enero la NIIF 9 y la NIIF 15 entraron a hacer parte del universo contable de las empresas. En atención a ello, y dada la relevancia que tiene para las empresas la aplicación de Estándares Internacionales, Wilson Romero, socio de auditoría en KPMG Colombia, afirma que aunque el tiempo ya es muy corto para cumplir, la obligación que se impone al pensar en estas NIIF es la de efectuar con prontitud un diagnóstico que permita identificar cuáles serán, por el modelo de negocio y sector al cual pertenece cada compañía, los impactos más significativos en su reconocimiento en los estados financieros e identificar las brechas existentes que deberán ser cubiertas, para así implementar y cuantificar dichos impactos de forma rápida.

«Es importante entender que existen impactos adicionales distintos a los propios de la aplicación técnica de estas normas y que se reconocerán en los estados financieros, como por ejemplo los sobrecostos, especialmente en los procesos y tecnología, derivados de la consecución de la información detallada que será insumo para el cálculo de las pérdidas esperadas, personal experimentado para hacer los análisis de los impactos y ajustar los modelos de deterioro, teniendo en cuenta que se requiere un mayor grado de juicio, y de adquirir o adaptar sistemas de información robustos para administrar las bases de datos históricas», explica Romero.

Pero desde su punto de vista, lo más importante y en lo que más se debe enfatizar es en lograr la concientización de la alta gerencia en su participación y responsabilidad en este proceso, así como los resultados de los impactos al aplicar el nuevo modelo de deterioro de pérdidas esperadas.

Por su parte, Katherine Patiño, coordinadora de Normas Internacionales de BKF International SA, explica que teniendo en cuenta que la NIIF 9 y la 15 aplican para las empresas del grupo 1, se esperaría que las compañías que deban aplicarlas, por ser más grandes, cuenten con los recursos necesarios para capacitarse y adaptar su infraestructura en caso de ser necesario.

«La NIIF 9 de instrumentos financieros tiene cambios significativos que afectan en gran medida al sector financiero, por su parte la NIIF 15 de Ingresos por contratos afecta a las compañías que venden productos y servicios como es el caso por ejemplo de las empresas de telefonía celular», explica Patiño.

Para ella, la principal recomendación para las empresas es que no olviden los cronogramas establecidos para la aplicación de las nuevas normas, ya que por tratarse de cambios significativos se requiere de tiempo para su puesta en marcha.

«En general, es necesario para que se produzca un cambio positivo y se obtenga ventaja de la situación en cada compañía, que todos se capaciten incluyendo los directivos, ya que entendiendo estos estándares y aplicándolos es que podrán observar los beneficios y así direccionar los nuevos procesos a los que haya lugar», aconseja Patiño.

Pero, sin duda alguna, desde su punto de vista, lo más importante es entender la proyección del negocio para direccionar una adecuada aplicación de la norma y posteriormente capacitar el personal, realizar un diagnóstico para determinar los impactos operativos, financieros e incluso de infraestructura. Asimismo, revisar cómo podría afectar el tema impositivo.

Cambios que deben acondicionar las empresas para esta nueva posición financiera

Romero explica que fuera de la convicción de la alta gerencia para que entre en este proceso, se requerirá la participación de las áreas comerciales, operativas, legales y de sistemas de información y no solo las financieras y contables. Desde el punto de vista técnico y financiero se debe considerar:

• Evaluar y decidir si la implementación se abordará en forma retrospectiva o prospectiva.
• Evaluar la presentación y revelación en forma comparativa con el año 2017 en los estados financieros y notas.
• Implementar y cuantificar los impactos de la NIIF 9 en cuanto al nuevo enfoque de pérdidas esperadas y el enfoque de clasificación basado en dos conceptos: las características de los flujos de efectivo contractuales de los activos y el modelo de negocio de la entidad.
• Considerar el cambio frente a la NIC 39 que tenía 4 categorías para su clasificación (con las NIIF 9 existen tres clasificaciones: a valor razonable con cambios en resultados, a valor razonable con cambios en ORI y a costo amortizado), ya que pese a que las clasificaciones entre una norma y otra son similares las bases para hacerla son altamente diferentes (especialmente en las inversiones disponibles para la venta, en una entidad en donde este rubro sea significativo, se necesita decidir acertadamente cuáles títulos deben transarse diariamente para generar caja, lo que afecta la valoración de esos títulos).
• Evaluar e implementar acertadamente el nuevo modelo de pérdidas esperadas en donde existen tres escenarios: 1) pérdidas esperadas por 12 meses; 2) pérdidas esperadas por la vida del crédito por condiciones económicas difíciles en un sector de la economía del país que incrementan el riesgo de crédito; y 3) pérdidas esperadas por la vida del crédito por incumplimiento en los pagos que incrementan significativamente el riesgo de crédito.
• Enfatizar el estudio y evaluación de los impactos en aquellas carteras concentradas en créditos de largo plazo y cartera colocada en sectores y segmentos de alto riesgo crediticio, debido a que sus estimaciones bajo el modelo de pérdida esperada pueden ser más complejas y cualquier diferencia en los juicios y supuestos puede generar un incremento y/o volatilidad importante en las provisiones.
• Diseñar e implementar estrategias y/o modificar sus modelos de negocio para asegurar el mantenimiento del nivel de capital y liquidez que cubra adecuadamente sus riesgos inherentes; esto ayudará en la gestión de riesgos de la compañía.

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