Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo afirma que se debe pensar en una reforma laboral con la posibilidad de cotizar por debajo del salario mínimo y con salarios diferenciales, mientras Jorge Llano, de Asofondos, insiste en acabar con los subsidios que le quitan dinero a los más necesitados.
Para el director de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, los problemas de cobertura del sistema pensional nacional no se van a solucionar si no se avanza en una reforma laboral.
Para él, la reforma laboral más importante de los últimos años ha sido la reforma tributaria del 2012, ya que a través de esta se redujeron en 13,5 puntos porcentuales los costos no salariales de contratación de mano de obra formal. “En la medida en que se hace más barato contratar de forma formal, aumenta el empleo formal”, dice Mejía.
Mejía también indicó durante su intervención en el XII Congreso FIAP – Asofondos: ahorrar hoy es pensar en el futuro que entre más alto es el salario mínimo frente al ingreso medio de un departamento, más alta es la tasa de informalidad laboral.
“Las discusiones alrededor del salario mínimo, de si es alto o no, realmente son relevantes desde el punto de vista de si este es alto frente al ingreso medio”, explico el presidente de Fedesarrollo, quien agregó que las discusiones frente a plantear salarios diferenciales son válidas.
“Un salario mínimo probablemente no es alto en Bogotá o en Santander, pero en departamentos como Chocó, Sucre y Nariño, ese mismo salario frente a la productividad laboral podría estar dejando por fuera del mercado a muchas personas que se están quedando al margen del sistema pensional y no están cotizando”, resalta Mejía.
Otro punto que analizó el presidente de Fedesarrollo durante su intervención es que se debería permitir no solo diferenciaciones, sino cotizaciones por debajo del salario mínimo, especialmente en el sector rural, donde el sistema funciona distinto de lo que se regula, desde el punto de vista general.
Mejía dijo que hay que debatir y hacer una modificación constitucional sobre quitar la disposición que obliga a que una pensión sea al menos de un salario mínimo, porque el equilibro que tenemos hoy es realmente perverso.
“Personas que podrían tener una pensión, pero por el hecho de estar transitando entre la formalidad e informalidad, realmente no tienen acceso a esto, lo que se convierte en el peor equilibro existente”, criticó Mejía.
Jorge Llano, director de estudios económicos de Asofondos, afirma que el tema de los subsidios es muy grave y son una fuente de desigualdad. “En Colombia hay subsidios para pensiones altas, los cuales en promedio pueden ser de 1.000 millones de pesos para quien cotiza 19 millones de pesos al mes. ¿Quién cotiza esa suma en Colombia? Una minoría. Esto no tiene ninguna presentación”, explica.
Llano afirma que mientras estas personas reciben una suma de 1.000 millones de pesos, a quien no se pensiona, es decir, los más pobres e informales, se le está quitando dinero. “Es como si estos le estuvieran pagando los subsidios a los otros, situación que no tiene ningún sentido”, dice.
Con esta situación, dice Llano, las personas ven que por un lado dan subsidios y se cambian. “Si a mí me van a regalar 1.000 millones de pesos, pues me paso”, agrega.
Por toda la descripción anteriormente realizada, Llano insiste en que hay que generar no solo unos cambios normativos para dejar de entregar este tipo de subsidios, sino hacer un trabajo para que las personas tengan unas expectativas muchos más realistas, y para que quien quiera contar con una pensión alta considere el tema del ahorro voluntario.
“Hay un tema bastante relevante en el tema de pensiones, y se trata de que lo que yo logre cotizar cuando joven tendrá un impacto monumental cuando sea mayor”, dice Llano.
La anterior afirmación esta argumentada con algo conocido como el interés compuesto. Llano explica que si una persona ahorra $100, esta suma le podría generar una rentabilidad de $10, lo que indica que al siguiente año tendrá $110, suma que se puede reinvertir y así sucesivamente por diversos años. Lo anterior quiere decir que si una persona deja todo este dinero por muchos años, obtendrá grandes rendimientos a futuro.
“Son los jóvenes los que tienen en su potestad y responsabilidad hacer esas cotizaciones lo más temprano que se pueda, lo que les permitirá en la vejez estar mucho más tranquilos”, afirma Llano.
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