Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
La desmovilización de 17 mil colombianos y la llegada de muchos de ellos a los ambientes laborales es todo un reto para los líderes empresariales y del Gobierno, advierte Hays, una de las firmas de reclutamiento de ejecutivos más importantes del mundo.
Con el acuerdo de paz todavía a la espera de las modificaciones que puedan efectuarse, se estima que cerca de 17.000 colombianos hoy en las filas de las FARC se desmovilizarán y comenzarán su vida como civiles. ¿Qué va a pasar con los ex combatientes y cómo se van a integrar a la vida laboral? ¿Qué oportunidades tendrán que habilitarse para estos? ¿Cómo deben prepararse las empresas para su integración? ¿Cuál será el rol del Gobierno para impulsar dicha integración?
La reinserción de estas personas desde el punto de vista laboral es un tema delicado, en especial al considerar sus antecedentes y rol activo que han jugado en el conflicto armado. Este es un aspecto importante a considerar ya que no solo influye en la perspectiva de los ciudadanos, sino en las reacciones y receptividad de quienes van a trabajar con ellos, en la aceptación al cambio y en la tolerancia.Para Silvana Vergel, Head Executive de Hays, multinacional líder en reclutamiento y selección; “más que pensar en acciones inmediatas, la clave para integrar a estas personas a los ambientes de trabajo está en apostarle a los procesos de inclusión e integración. Se debe pensar en primera instancia cómo desde el Gobierno y las organizaciones internacionales se puede promover y motivar las contrataciones de estas personas”.
Ubicar a más de 17.000 colombianos es un desafío considerable, sobre todo si se tienen en cuenta las implicaciones y costos que este proceso pueda causar.
Joshua Mitrotti, director de la Agencia Colombiana para la Reintegración -ACR- enfatiza en la experiencia significativa que tiene el país con los procesos de reintegración, puesto que durante los últimos 13 años se han desmovilizado e integrado a la vida civil alrededor de 59.000 personas.
“La experiencia no se debe echar en saco roto, hay que estudiar los casos de compañías y organizaciones que están implementando programas de inclusión y desarrollo que les han permitido integrar exitosamente a excombatientes a sus equipos de trabajo y no sólo mejorar la productividad de sus empresas sino promover el crecimiento y desarrollo económico del país. Sin embargo, identificar cuáles han sido algunas de las políticas de inclusión efectivas es solo una parte de lo que se debe hacer. La prioridad está en pensar cómo posicionar estos nuevos perfiles que van a ingresar al mercado laboral”, destaca Vergel.
Para integrar de manera efectiva a los ex combatientes, las organizaciones y, de manera específica, sus directores deben enfocarse en identificar las áreas que estos podrían ocupar, señala la experta de Hays.
Se debe pensar en objetivos a corto, mediano y largo plazo y cómo estas personas pueden desarrollarse dentro de las compañías para crecer a nivel personal y profesional, añade.
“Para tener un proceso de integración que logre poner a una persona en el puesto correcto se necesita establecer un plan de desarrollo en el que se estudie el caso de cada candidato, se identifiquen sus capacidades, habilidades y fortalezas específicas. Hay que entender a las personas que están ingresando a esta nueva compañía, estudiar su contexto, su historia, reconocer los desafíos que ellos enfrentan”, añade Vergel.
Desde el punto de vista laboral y de empleabilidad de los ex combatientes, se necesita una planeación estratégica desde el Gobierno, así como la participación de las empresas, el direccionamiento de los CEO, presidentes y gerentes, y, por último, un reconocimiento y tolerancia de la sociedad, para que estas personas logren integrarse a ella, transformando así su vida y la de todos los colombianos en general.
Fundada en el año 2000 con la misión de “elevar el nivel profesional del Contador Público”
