Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Rindamos homenaje sincero a la memoria de Isidoro Arévalo B. – Carlos Sastoque


Tal como lo han manifestado varios colegas en este blog, la mejor manera de rendir un homenaje a su memoria es contribuyendo con entusiasmo, desinterés y hechos concretos para que su último gran ideal profesional -la consolidación del Colegio de Contadores Públicos de Colombia «CONPUCOL»- se convierta muy pronto en realidad. Isidoro fue el gran arquitecto de los estatutos de nuestra colegiatura (aunque no fue el único).  

En un sublime acto de desprendimiento se consagró durante cerca de un año a la labor de preparar los borradores de tales estatutos y a corregirlos y mejorarlos una y otra vez, teniendo en cuenta las opiniones de muchas personas, hasta llegar a su aprobación definitiva el 4 de mayo de 2005, en la Asamblea de Constitución del Colegio de Contadores Públicos de Colombia «CONPUCOL». A partir de tal fecha se convirtió en permanente y gratuito asesor de su Junta Directiva Nacional y de las seccionales, siempre soñando con ver realizada su última gran ilusión: Ver unida a la profesión y tener un gremio fuerte y verdaderamente representativo. 

A través de este blogg, de varios mensajes de colegas que he recibido en mi correo electrónico y de manifestaciones verbales que escuché durante la velación del cadáver de nuestro querido e irremplazable colega, y a la salida de sus exequias, son muchos quienes dicen que rinden homenaje a su memoria e invitan a trabajan por la unidad de nuestro gremio. Estoy totalmente de acuerdo con ellos. Pero, ante todo, los invito a que estas palabras no sean flor de un día y no se queden solamente en palabras.  

Espero que los colegas, admiradores y amigos de Isidoro depongan las ambiciones personalistas, los deseos de darse vitrina, los rencores y recelos, y de verdad conviertan al Colegio de Contadores Públicos de Colombia «CONPUCOL» -como única alternativa de unidad profesional que, en su brillante mente y guiado por su noble corazón, concibió nuestro ilustre colega- en la colegiatura profesional única que tanto necesitamos. 

Que no haya más falsos profetas, divisionistas que en labor egoísta e individual siguen proponiendo proyectos distractores y nocivos, anunciándose como voceros de «un importante sector de la profesión», cuando en realidad solo cuentan con el apoyo de dos o tres amigos y de algún ministro cómplice; contrariando la voluntad de las bases profesionales. 

Finalmente: Que quede muy claro que el proyecto del cual fue el principal artífice nuestro preciado colega ISIDORO ARÉVALO BUITRAGO es uno solo: El del Colegio de Contadores Públicos de Colombia «CONPUCOL». No se dejen confundir con otros que, engañosamente, se anuncian con denominaciones similares, pero que son diferentes y que únicamente piensan en sembrar el caos y fomentar la división. Y ojalá que todos, todos, los actuales líderes y directivos de «CONPUCOL» cumplan con altura con su gran responsabilidad ante la profesión y no traicionen la memoria de Isidoro. Y que muy pronto haya renovación de cuadros directivos que, ahora sí, actúen con el mismo desinterés y entusiasmo que le conocimos a él, en beneficio de la Contaduría Pública. 

Piénselo y actúen en consecuencia, queridos colegas.

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