Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
Obama volvió a poner en el pensamiento de los colombianos a la clase sindical. Y el TLC fue la mejor excusa para poner este argumento en la mente de todos. Proteger la vida de los sindicalistas es un objetivo que debe tener claro el Gobierno antes de la tan anhelada firma del acuerdo comercial.
Desde el gobierno se busca que el sindicalismo en Colombia se fortalezca. Para lograrlo hay medidas como proteger con mayor fuerza el libre derecho de asociación y poner en cintura mecanismos que han servido para cometer abusos, como las CTA o las agencias temporales de empleo.
Las condiciones laborales han cambiado y en consecuencia la vida del trabajador no es la misma. Las exigencias de las organizaciones cambian, la situación económica, los nuevos retos que enfrenta un empleado, todo varía año tras año. En Colombia los asesinatos a sindicalistas continúan y la mayoría se quedan impunes.
Por esta razón, José Miguel Vivanco, director de Human Rights Watch, dirigió una carta al respecto al vicepresidente Angelino Garzón, donde señala que son preocupantes los índices de asesinatos a sindicalistas. Y Colombia continúa siendo el país con más crímenes de este tipo en el mundo.
Los sindicalistas son los amenazados, los tildados de subversivos y son a quienes asesinan. Estados Unidos para firmar el TLC exigió garantizar el respeto a los sindicatos y los derechos de los trabajadores, fue entonces que el Gobierno se comprometió con los sindicatos y la fuerza pública busca protegerlos. La cuestión es preguntarse si una vez se firme el TLC se seguirá con esas garantías.
El problema es que los sindicatos están catalogados como el flagelo de las empresas por obtener beneficios para los trabajadores, y los empleadores creen que el sindicato es malo para una empresa. Como asegura Luis Alberto Trujillo Salazar, presidente de ACEB, «solo pedimos mejores condiciones para los trabajadores. Lo que sucede es que en algunas empresas existe corrupción y luego se señalan a los sindicatos de acabarlas».
Para el analista político León Valencia, los sindicalistas deben darse cuenta que la agresión contra ellos no ha sido generalizada. Se ha realizado especialmente en 31 municipios en los que se reportan más de 13 sindicalistas asesinados y que han afectado principalmente a los maestros, a los trabajadores del banano y a los petroleros.
Como él lo afirma en Semana, «entenderán que el telón de fondo de la victimización ha sido la decisión legítima de los sindicatos de integrar reivindicaciones laborales y aspiraciones políticas. Para responder a estas pretensiones democráticas se coaligaron élites políticas locales, empresarios, agentes del Estado y fuerzas ilegales en una campaña de exterminio. En esa lucha, en algún momento, las consignas justas de las fuerzas sindicales, coincidieron con las de las guerrillas, y este hecho sirvió de pretexto para la agresión».
El presidente de la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, Tarcisio Mora ha dicho que ellos no comparten los TLC’s. «Estamos por los acuerdos comerciales para que la pequeña y mediana industria se pueda desarrollar», agrega.
«Frente al TLC, el movimiento sindical ha sido muy claro por lo que puede generar en la pequeña y mediana empresa, en el sector agrario y en las condiciones de empleo. En otros países donde se han firmado acuerdos de libre comercio no hemos encontrado esas bondades que nos han dicho de que se acabará el desempleo y que correrán ríos de leche», dijo Mora a Caracol.
+ El año pasado fueron asesinados 44 sindicalistas, según cifras de la Escuela Nacional Sindical, ONG líder en el monitoreo de derechos laborales.
+ De 1999 a 2009 fueron asesinados en el mundo 1.253 sindicalistas. El 63,12% correspondían a Colombia. Lo seguía de lejos Brasil, con el 7,01%.
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