Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Su dinero cuenta


Todos, particularmente los profesionales contables, tenemos la responsabilidad de ser buenos mayordomos del dinero que percibimos. Por ello, debemos tener total claridad de qué debemos hacer con nuestros ingresos una vez se encuentren en nuestras arcas.

Así como una persona estudia juiciosamente el manual de un automóvil que acaba de comprar para manejarlo de la mejor manera posible, nosotros necesitamos elaborar un presupuesto para no gastar más de lo que recibimos. A continuación, señalo algunas recomendaciones para cumplir con este objetivo:

  1. Actúe de acuerdo con su sueldo.

En la mayoría de los casos sabemos cuánto ganamos, pero no sabemos cuánto debemos pagar, y nos mantenemos prestando cada vez más dinero para cubrir las deudas, “abriendo un hueco para tapar otro”. Esto, debido a que no tenemos un presupuesto mensual de ingresos vs. gastos.

Franklin D. Roosevelt, en 1932, dijo acertadamente que cualquier gobierno, al igual que cualquier familia, puede gastar en un año un poco más de lo que se gana. Pero tanto usted como yo sabemos que mantener ese hábito implica terminar en “la casa de los pobres”.

  1. Libérese de las deudas.

Puede sonar utópico, pero no lo es. Solo debe ser organizado y seguir cinco pasos elementales, a saber:

A. Establezca su presupuesto por escrito.

Por experiencia, me he dado cuenta de que pocas de las personas que se endeudan tienen la costumbre de utilizar un presupuesto por escrito. Puede ser que hayan tenido uno, solo que quedó celosamente guardado en el fondo de un cajón, sin darle uso alguno. Tener su presupuesto por escrito lo ayuda a planificar sus gastos de antemano, a analizar su manera de gastar, para así poder cambiarla. También lo va a ayudar a refrenar esas compras impulsivas. Aun los mismos financieros de grandes empresas, quienes están enseñados a manejar los presupuestos de la entidad a la que pertenecen, no lo hacen con el manejo de su dinero.

B. No acumule nuevas deudas.

La única manera que conozco para no caer en un mayor endeudamiento es pagando por todo, en efectivo, a través de una tarjeta débito o en cheque, en el mismo momento de la compra. A raíz de esto, surge el asunto de las tarjetas de crédito. No creo que sea pecado tenerlas, pero sí es peligroso. Las estadísticas demuestran que las personas gastan un tercio más cuando usan sus tarjetas de crédito, que cuando usan efectivo, porque no sienten que verdaderamente están gastando dinero, siendo que están usando una tarjeta de plástico.

Cuando analizo la situación económica de alguien endeudado uso una regla simple para determinar si es capaz de usar una tarjeta de crédito o no. Si no puede pagar el saldo completo a fin de mes, le recomiendo hacerle a su tarjeta una simple cirugía plástica. ¡Se puede hacer con cualquier par de buenas tijeras!

C. Esté contento con lo que tiene.

En la cultura en que vivimos existe un sistema publicitario que ha diseñado métodos poderosos y sofisticados para inducir a las personas a comprar. Frecuentemente el mensaje está diseñado para que las personas estén descontentas con lo que tienen.

Un ejemplo claro es con los autos y celulares; todo el tiempo están saliendo nuevos modelos que nos motivan a estar cambiando.

D. Considere un cambio radical en su estilo de vida.

Un creciente número de personas ha reducido radicalmente su nivel de vida con el fin de saldar sus deudas lo más rápido posible. Algunas han vendido sus casas y se han mudado a una más pequeña o a un apartamento, o bien con sus familiares. Muchos han vendido sus automóviles, que les costaban mucho dinero mensualmente, y han decidido comprar con efectivo autos usados y más baratos. En fin, han sacrificado su nivel de vida temporalmente para pagar sus deudas cuanto antes.

E. No se rinda.

Reconozca que habrá cientos de razones para terminar o postergar sus esfuerzos de saldar sus deudas. No se rinda ante la tentación de no llevar adelante su compromiso. No se detenga hasta que haya alcanzado la meta de vivir sin deudas. No se olvide que el librarse de las deudas es un arduo trabajo, pero la libertad vale la pena.

En mi opinión, planee de antemano tener un mismo auto hasta que lo pague totalmente; si lo puede pagar antes del plazo pactado, continúe pagando la mensualidad, pero destinándola a una cuenta de ahorros. De esta manera, cuando llegue el tiempo de cambiar el auto, con lo que tiene ahorrado y lo que le dan por el usado podrá adquirir otro, sin deberle nada a nadie. Esto aplica para cualquier meta que se plantee.

En conclusión, la idea es no pagar intereses; debemos vivir con lo que ganamos. Empecemos este reto pagando las deudas de los intereses más altos, hasta que cancelemos la totalidad. Sí se puede; es cuestión de orden, disciplina y, sobre todo, tomar la decisión y hacerlo una realidad.

El Rey Salomón, en el siglo X a.c dijo: “De igual manera que los ricos gobiernan a los pobres, el que pide prestado es esclavo del que presta”.

Arturo Méndez Paz
Contador público egresado de la Universidad Santiago de Cali, con diplomado en impuestos.

Arturo Méndez Paz
Contador público egresado de la Universidad Santiago de Cali, con diplomado en impuestos. Revisor fiscal y auditor interno, con una experiencia de más de 20 años como asesor financiero de prestigiosas empresas, y con una experiencia de 10 años en el área administrativa y de recursos humanos.
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