Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.
¿Recuerdan cuando un dólar equivalía a 2.500 pesos? Aunque estamos lejos de esa cifra, hoy la moneda se está acercando a los 2.000 y toca esperar hasta cuando dudará el encanto. Decimos encanto por aquellas personas que cobran remesas y siempre reciben su ‘dinerito’ por parte de familiares que están en el exterior.
El lunes de la semana pasada, el dólar llegó a 1.972,76 pesos; la devaluación hoy supera el 3% en lo que va corrido del año. Lo positivo de la devaluación es que los exportadores están teniendo un respiro, porque ven cómo sus negocios tienen mejores rentabilidades.
Según los analistas, el repunte del dólar obedece a la crisis financiera europea y la incertidumbre económica que enfrenta EE.UU. De igual manera, es consecuencia del desplome de los precios del oro, el cobre, el carbón, el petróleo, y otras materias primas, lo cual ha llevado a los inversionistas a refugiarse en esa divisa como una manera de disminuir los riesgos.
Según Daniel Velandia, jefe de investigaciones económicas de Correval, “lo que está ocurriendo con el dólar es un fenómeno mundial”. Ese comportamiento, dice en Portafolio, ya está ligado en un 100% al contexto internacional, y en especial por los temores de una nueva recesión en el mundo desarrollado, y de que Grecia caiga en cesación de pagos, lo que afectaría a todo el Continente europeo.
Sin embargo, el mismo Velandia dice que hay que mantener la calma en el frente cambiario debido a que la economía colombiana está creciendo bien y recibiendo importantes flujos. “En un escenario muy negativo la tasa de cambio podría superar fácilmente los $2.000, pero cuando las presiones externas se calmen retornará hacia los $1.800”, estimó Velandia.
Por su parte, Álvaro Camaro, vicepresidente del Grupo Interbolsa, señala que “las causas de este fenómeno están relacionadas con el nerviosismo cada vez más creciente de que Europa no pueda superar sus problemas económicos y de deuda”.
De aquí que se presenten caídas en los precios internacionales de bienes agrícolas, entre otros, cuyo impacto se da en países emergentes como Colombia. “Ese coletazo podría ser mayor contra el mundo emergente”, agrega.
Un grupo de los afectados es el de los importadores ya que les resulta más costoso la compra de los bienes que llegan al país, así como todos los que utilicen en la producción de materias primas importadas, lo que producirá un aumento en sus costos de producción.
Existe también un nerviosismo general, ya que con el problema que enfrenta la Unión Europea, hay muchos agentes que están anticipando un colapso de liquidez y por eso, están eliminando posiciones en activos de riesgo y destinan sus inversiones al dólar como activo refugio.
Sobre el futuro de esta situación, Diego Ochoa, director de estudios económicos de Compañía Profesionales de Bolsa, asegura en El País que se esperan leves correcciones que serán de vida muy corta a la baja de uno o dos días, y luego repuntes precisamente porque el panorama externo está muy volátil y el mercado anticipa la quiebra de Grecia, por eso es necesario mantener esta tendencia hasta finales de octubre o noviembre.
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