Este artículo fue publicado hace más de un año, por lo que es importante prestar atención a la vigencia de sus referencias normativas.

Una ventaja importante de los contadores es su capacidad de considerar la empresa como un todo


Algunos libros explican y resaltan la forma como la contabilidad y los contadores han influido significativamente en la manera de pensar y obrar de las organizaciones. Lo siguen haciendo, aunque para muchos esto pasa desapercibido.

Ya no es suficiente colaborar con el cumplimiento de las disposiciones internas y externas, pues ahora lo que se espera es que se produzcan aportes para aumentar la eficacia, eficiencia, economía, equidad y ecología de las entidades, lo cual no se logra por el cumplimiento de normas, pues estas promueven la forma más que la esencia de las cosas. Los contadores deben ser empresarios. De lo contrario no pueden ayudar a los que tienen esa calidad. Las 11 áreas de formación que nos plantea el IAESB son necesarias para lograr ese perfil.

El aporte de los contadores en materia de organización de procesos y del mantenimiento del orden son invaluables. Aunque no aparezcan medidos en algún informe, difícilmente las entidades pueden funcionar sin esas cualidades.

Similarmente, el fomento de la responsabilidad por el encargo que se ha recibido y por los resultados obtenidos es otra contribución importantísima a la debida gestión. Los contadores ayudan a los responsables a preparar la información que les es necesaria para rendir sus cuentas y, además, aumentan la confianza sobre lo que ellos sostienen.

Al analizar la información, los contadores contribuyen a confirmar los planteamientos de los ejecutivos o salen a desmentirlos. Sobre su crítica es posible perfeccionar la planeación empresarial. Estos profesionales son capaces de ver más que lo evidente, porque el análisis implica una reflexión profunda sobre los datos, más allá de lo que superficialmente se observa.

Una ventaja muy importante de los contadores es su capacidad de considerar la empresa como un todo y no como un mero conjunto de partes. Ellos saben que lo que se hace de un lado tiene efecto en otro. Son expertos en correlaciones. En otras palabras, los buenos contadores cuidan la sincronía de las actividades, necesaria para no incurrir en adelantos o atrasos traumáticos.

Como sabemos, la formación de los contadores les enseña a considerar las externalidades. Son estudiosos de la economía, de los mercados, de las industrias, conocimiento que usan para posicionar en el mapa a cada entidad. Ellos dan cuenta de las orientaciones y de las tendencias que se están viendo en los mercados, producto de las exigencias de la clientela y la oferta de los empresarios. Estos datos son invaluables para la correcta dirección de un negocio. En más de una ocasión el que ha logrado crear una solución para una necesidad real ha terminado muy próspero.

Podríamos seguir enumerando los efectos positivos de los verdaderos contadores para las organizaciones. Lo dicho es suficiente para soportar la pregunta “¿como contador qué estoy haciendo por aumentar el valor de la entidad a la que sirvo?”.

Hernando Bermúdez Gómez
Tomado de Contrapartida – De Computationis Jure Opiniones.
Número 6123, septiembre 27 de 2021.

 


 

Hernando Bermúdez Gómez
Las publicaciones de Contrapartida son escritas por miembros de la comunidad académica del Departamento de Ciencias Contables de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Pontificia Universidad Javeriana.
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